email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

VENECIA 2022 Fuera de competición

Crítica: Call of God

por 

- VENECIA 2022: La cinta póstuma del maestro surcoreano Kim Ki-duk rezuma sufrimiento existencial, pero su potencial está obstaculizado por su irregularidad visual y su confuso guion

Crítica: Call of God
Abylai Maratov y Zhanel Sergazina en Call of God

Call of God, la película póstuma del difunto maestro Kim Ki-duk, ha sido presentada fuera de concurso en el Festival de Venecia de este año. El cineasta surcoreano, fallecido en Riga en diciembre de 2020 tras contraer COVID-19, intenta elaborar una historia sobre la esquiva relación entre la realidad, el amor y los sueños.

Ambientada en Kirguistán, la trama se centra en la turbulenta y trágica historia de amor entre una joven (interpretada por Zhanel Sergazina) y un escritor (Abylai Maratov), cuyos caminos se cruzan al azar. Mientras el hombre pregunta a la chica dónde se encuentra el "Café de los sueños", un ladrón le quita el bolso a ella. El escritor lo persigue y consigue recuperarlo, y a continuación la invita a cenar a ella. Tras las dudas iniciales, la chica acepta y da comienzo así una historia de amor enfermiza y aterradora entre ambos. En particular, el escritor duda en romper su relación con Lina (Nazbiike Aidarova) y con una de sus exnovias (Aygerim Akkanat), lo que desencadena una serie de trágicas vicisitudes y una espiral de violencia física y psicológica.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)
Hot docs EFP inside

Entonces nos damos cuenta de que la secuencia que plasma el primer encuentro de la pareja no ha sido más que un sueño. La chica se despierta en su cama y recibe una llamada de teléfono. Un misterioso individuo le comunica que tiene dos opciones: volver a la cama y comprobar qué pasa después (y todo lo que sueñe sucederá más adelante en el mundo real) o dejar de dormir, en cuyo caso únicamente sucederá lo que acaba de sonar, y por lo tanto afrontará un futuro incierto.

Sin embargo, este mecanismo narrativo no obtiene el efecto deseado y refleja el impreciso guion general de la película. De hecho, cada vez resulta más difícil entender qué es lo que sueña y experimenta realmente la chica, y el torpe montaje de Audrius Juzėnas y Karolis Labutis no ayuda al espectador a aclarar sus dudas. En general, el aspecto técnico, incluido el trabajo de voz en off de algunos de los personajes, parece demasiado amateur y precipitado.

En todo caso, es justo destacar el hecho de que la producción la terminaron los amigos y compañeros del maestro, por lo que no sabemos a ciencia cierta hasta qué punto todo el proyecto se ha visto afectado y comprometido por el trabajo realizado tras su fallecimiento.

En un tono más positivo, todavía podemos ver un desarrollo decente de los personajes y una buena dosis de sufrimiento existencial, que conseguirá mantener al espectador enganchado durante todo el metraje. Aunque la escritura es irregular y confusa, cuenta con suficiente profundidad ya que explora cómo los celos y la posesividad pueden desencadenar las intenciones más oscuras de un hombre y una mujer.

Aunque está muy limitada por los defectos mencionados, la película sigue siendo un generoso acto de amor y un importante homenaje a la carrera y la visión de Kim-ki Duk, que nos dejó huérfanos demasiado pronto.

Call of God cuenta con la producción de la estonia Estofilm, la surcoreana Kim Ki-duk Films y la lituana AVAKA. La estonia MTU Otaku se encarga de sus ventas internacionales.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés por Marcos Randulfe)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy