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SAN SEBASTIÁN 2022 New Directors

Crítica: Grand Marin

por 

- Con su primer película como directora, Dinara Droukarova sigue a una mujer liberada que decide lanzarse de lleno al muy viril mundo de los pescadores en Islandia

Crítica: Grand Marin
Dinara Droukarova en Grand Marin

“Iré a otro lado, más al norte. Subiré a la cima de la montaña más alta de hielo y no podré ir más lejos. Y después saltaré y volaré –También morirás”. En su primer largometraje como directora, Grand Marin [+lee también:
tráiler
entrevista: Dinara Drukarova
ficha de la película
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, estrenado en la sección New Directors del 70º Festival de San Sebastián, Dinara Droukarova presenta el contundente retrato de una mujer que se empeña a encontrar su lugar en un mundo de hombres muy duros: los pescadores de arrastre. Una adaptación sin adornos, creíble y que va a lo esencial (el alto precio que debe aceptar pagar un espíritu libre femenino) de la novela homónima de Catherine Poulain, y que la actriz también protagoniza con brillantez.

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“Yo quiero que el barco me adopte”. Con una mochila y algunas cosas en el bolsillo (al estilo Sin techo ni ley, dormir bajo las estrellas en edificios abandonados) desembarca en un pequeño puerto de pesca de Islandia, la pequeña francesa Lili, de 35 años, que quiere ser contratada en uno de los arrastreros locales. Pero ella nunca ha pescado, no tiene papeles y recibe muchas negativas antes de que el patrón, Ian (el belga Sam Louwyck), la reclute para el Rebel, cuya tripulación en total se compone de seis hombres y una mujer. No hace falta decir que la llegada de Lili supone un cierto escepticismo, incluso animosidad (“¿qué hace ella aquí?” “no queremos personas como tú, turistas que solo buscan una experiencia extrema”) en esta pequeña comunidad masculina muy dura, codificada y de muy pocas palabras. Lili tendrá que pasar pruebas para ganarse el respeto y esforzarse, pues el trabajo en el mar es principalmente físico. Pero, aunque ella no es inmune, tampoco es de las que abandona…  

“Come, gorrión”, “¿Eres una mujer?”, “Es una tigresa”. Dinara Droukarova, que sigue la trayectoria de Lili en el transcurso de una campaña de pesca, consigue encontrar el equilibrio entre los aspectos documentales perfectamente reconstruidos (el proceso taylorista de la pesca, redes en la bodega donde los peces se almacenan en hielo después de haber muerto, la limpieza, las comidas y las noches en espacios muy reducidos, los turnos de noche, el agotamiento, los deslizamientos, los riesgos de heridas, la disciplina a bordo, pagos basados en cuotas, la vida complicada lejos de las familias, las visitas al bar en tierra, la alcoholización del ambiente, etc.) y la parte “romántica” en torno a esta heroína singular (a la vez marginal y en busca de una “familia” adoptiva) cuyo pasado no conoceremos. Un primer largometraje simple y sobrio que ofrece un papel muy bonito a su directora, que logró reunir a un reparto compuesto por diferentes nacionalidades (entre los que se encuentran Björn Hlylnur Haraldsson, Dylan Robert, Antonythasan Jesuthasan, Hjörtur Jóhann Jónsson y Magne-Håvard Brekke), y que se siente cómoda en este entorno islandés que exalta la naturaleza en todas sus formas.  

Grand Marin ha sido producida por la sociedad parisina Slot Machine, y coproducida por Rouge International, Arte France Cinéma, Gulldrengurinn y Mystery Productions, Scope Pictures y Rezo Productions. Loco Films gestiona las ventas internacionales.

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(Traducción del francés)

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