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TORONTO 2022 Discovery

Crítica: Unruly

por 

- El turbulento drama histórico de Malou Reymann está repleto de sutiles paralelismos con la actualidad en cuanto al tema de las elecciones reproductivas

Crítica: Unruly
Emilie Kroyer Koppel y Jessica Dinnage en Unruly

Una chica joven y su amiga están pasándoselo bien en una fiesta con ambiente. Hay jazz, bebidas y un chico haciéndole ojitos. Acabarán en una esquina, disfrutando de un rápido encuentro sexual. Algunos dirían que fue una noche exitosa según nuestros estándares modernos, pero estamos en Copenhague en 1933. La doble moral misógina está entrelazada con la sociedad y Maren (Emilie Kroyer Koppel) tendrá que soportar las repercusiones de ser una mujer testaruda en el largometraje de Malou Reymann, Unruly [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, que se estrenó mundialmente en la 47ª edición del Festival de Toronto.

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Sus noches de fiesta no son ningún secreto en su barrio lleno de cotillas, pronto empieza a formarse la reputación de Maren como promiscua y peligrosa. A la vez, en su casa el conflicto con su madre no para de crecer, cuando Maren le reprocha la doble moral con su hermano y por querer tener algo más en la vida. “Me niego a podrirme junto a la máquina de coser como tú”.

Quizás no le espera pudrirse junto a la máquina de coser, pero pudrirse sí es lo que le reserva el destino a Maren cuando los servicios sociales aparecen en la puerta de su madre y le piden que les ceda la custodia legal de Maren. Toma medidas ahora, antes de que “empiece una vida delictiva”. Esas “medidas” están compuestas por la representación de la sociedad patriarcal más brutal, con el doctor Wildenskov (Anders Heinrichsen), declarándola “un poco deficiente mental y antisocial” y mandándola a un sanatorio de mujeres en la isla de Sprogø, dirigido por la señorita Nielsen (Lene Maria Christensen).

El sanatorio está basado en la historia real del centro de internamiento en Sprogø que existió entre 1923 y 1961, y en sus habitantes a las que Reymann les ha dedicado esta película. Allí Maren conoce a Sørine (Jessica Dinnage), entre otras, una chica en toda regla que espera reintegrarse en la sociedad cuando se cure de sus “enfermedades”. Reymann destaca inmediatamente la idea de que “las chicas vuelvan a ser aptas para reintegrarse en la sociedad” de la forma más conmovedora. Cuando Sørine le enseña a Maren la habitación para coser, le explica que cosen ropa del estilo que les gusta, y seguidamente le muestra rápidamente el tablero de dibujo. “Pero como he dicho, esos estilos son fáciles de hacer”.

El deterioro de Maren de una adolescente rebelde a una mujer rota es inevitable, pero Reymann entiende lo que es contar esta historia con la dignidad necesaria para sus personajes y sin ceder a la fácil exageración y explotación de la tristeza. Su película destapa cuidadosamente los elementos de la historia que sirven para llegar a este punto a la vez que mantiene al espectador en el bucle, al igual que en una película de suspense. El público sabe que va a pasar algo terrible, pero no se sabe el qué.

El empeoramiento de Maren no comienza con la monotonía de las actividades o la música aburrida, sino en el momento en el que se da cuenta de que todas las chicas llevan ahí de seis a diez años, de que esto no va a ser una estancia corta. Algunas de ellas, como Sørine, incluso creen en el sistema: ella lo ve como el camino para volver a ver a su hija Ellen. Los intentos de sobrepasar los límites de Maren acaban en castigos, sin embargo, su mayor desafío viene en forma de un atractivo empleado de mantenimiento con el que mantiene relaciones sexuales, lo que resulta en un embarazo.

Maren y sus amigas lo desconocen, pero se ha aprobado una nueva ley de esterilización, y las “mentalmente deficientes” son el objetivo principal. Maren pronto da a luz a su hija, y no es solo la separación y la pena inevitable lo que la atormenta. Ella y las otras chicas corren el peligro de que se les quite lo único que es verdaderamente suyo, sus derechos reproductivos. Si hay alguna esperanza para ellas, Reymann lo muestra fríamente. Algunos males no se pueden reparar.

Unruly ha sido producida por Nordisk Film Production A/S. TrustNordisk la distribuye internacionalmente.

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(Traducción del inglés por Helena Martínez)

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