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PELÍCULAS / CRÍTICAS Francia / Bélgica

Crítica: Le Soleil de trop près

por 

- Clément Roussier se come la pantalla en el primer largo de Brieuc Carnaille, una película original y conmovedora, a la vez luminosa y oscura, sobre la esquizofrenia paranoide

Crítica: Le Soleil de trop près
Clément Roussier y Marine Vacth en Le Soleil de trop près

“Acabas de salir del hospital y haces tonterías. Crees que no tengo nada mejor que hacer que levantarme en plena noche para venir a buscarte. ¡Nosotros mañana trabajamos!” Cuando una hermana debe atravesar la ciudad para encontrar y traer a casa (y a la normalidad) a su hermano, un treintañero sobreexcitado que cuenta una serie de anécdotas al límite de lo verosímil (por no decir delirantes) a una audiencia cada vez más dubitativa de chicas en un bar, estamos hablando de un verdadero sacerdocio familiar. Brieuc Carnaille, que decidió dedicar su primer largometraje, Le Soleil de trop près [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, al tema de la esquizofrenia paranoide se enfrentaba a una materia cinematográfica muy difícil, una especie de tabú social que muchas personas conocen de cerca o de lejos en sus vidas o las de sus allegados, compañeros, amigos, etc.  

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La película, que evita ser un drama deprimente sin negar la dureza emocional de la lucha personal (y por extensión la del entorno) contra los accesos invasivos de esta patología mental (“Me quiere envenenar. Sabe que soy un mago”) y que Jour2Fête estrenará el 28 de septiembre en los cines franceses, consigue tratar con mucha precisión el estado de realidad alterado en el que vive su personaje principal y su combate titánico contra sí mismo para encontrar un lugar en la sociedad (y adaptarse a las reglas del juego), una vida cotidiana estable y el amor de una mujer (Diane Rouxel). Pero no es fácil ni tampoco está todo dicho cuando el deseo de libertad choca con la dependencia a los medicamentos. Una postura de funámbulo, entre el brillo y la desesperanza, muy bien encarnada por Clément Roussier (que también colaboró en el guion escrito por el director), sostiene la película en todas sus dimensiones, a veces cómica (su equipación roja), poética (fantásticos paseos bailando en la calle), onírica (las alucinaciones oscurecen el cielo al estilo Take Shelter), dramática (la toma de conciencia de sus momentos de descontrol) y muy realista (los conmovedores cara a cara entre el hermano y la hermana interpretada por Marine Vacth).

Le Soleil de trop près, un retrato muy bonito de una relación fraternal cariñosa donde la paciencia y la complicidad son puestas a prueba por los temblores agonizantes y a veces violentos de la esquizofrenia paranoide que poco a poco se alejan de la realidad, es ante todo una radiografía muy animada (en esencia es una historia simple que va a lo esencial) de la delgada línea que separa lo que solemos llamar locura de la normalidad. A través de un protagonista conmovedor en cuanto a su fragilidad (“lo intenté, hice todo lo que pude”) y gracias a un tratamiento visual muy sugerente del director de fotografía Georges Lechaptois en el decorado posindustrial atmosférico de la ciudad de Roubaix, Brieuc Carnaille rinde un bonito y singular homenaje a estas personalidades que sufren girando como cometas con una imaginación desenfrenada en un mundo que es a la vez suyo y a la vez ajeno.  

Le Soleil de trop près ha sido producida por Vixens y coproducida por Gapbusters y H1F. The Party Film Sales gestiona las ventas.

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(Traducción del francés)

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