07/10/2022 - Sadrac González-Perellón construye una película de cierta originalidad sin alcanzar el tono que se propone

Hay algo muy bonito en querer imitar a tus referentes, en tratar de parecerse a aquello que uno admira. Ya lo decían los escritores Leandro Romaña y César Ruiz-Tagle en el Manifiesto plagiarista, la ficción está repleta de creadores plagiaristas: “En literatura no hay nada escrito; es decir, que todo está escrito; es decir, que todo está por escribir”. Y lo mismo sucede con el cine y las demás artes. Muchas veces, lo original está en parecerse a todos y a la vez no parecerse a nadie.

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tráiler
ficha de la película], la última película del cineasta madrileño Sadrac González-Perellón, presentada en la sección oficial del 55° Festival de Sitges, hay un referente muy claro. Hay elementos y secuencias que recuerdan de forma muy viva al cine de Carlos Vermut, incluso a momentos concretos de sus películas. Ambos proceden de imaginarios muy similares, el cruce entre el mundo del cómic, el fantástico y el terror y el cine de misterio (desde una mirada abierta). O más bien, González-Perellón ha querido imitar ese universo único de Vermut. Todos los creadores, de forma más o menos explícita, se deben a otros creadores. Así se han construido todas las historias del arte, nada nuevo. Esto podría ser además un punto a favor de la obra “plagiarista”, en este caso, podría despertar el interés de otros admiradores de Vermut.

La cuestión está en que se hace con ese deseo de imitación, en qué se transforma, adónde llega. A partir de él, Sadrac González también construye un imaginario de cierta originalidad. La película cuenta la historia de Elisa (Jana San Antonio), una niña de doce años que, tras la muerte accidental de su madre, intenta convencer a su padre de que posee los superpoderes de su heroína de cómic favorita y que, con ellos, pueden vengarse de los responsables del mortal accidente (Silvia Abascal y Asier Etxeandía). También hay cierto riesgo y personalidad en la forma de contar esta historia, desde el cruce entre el fantástico, el drama y el thriller. Hay secuencias en las que esta mezcla de géneros está lograda, momentos en los que drama y comedia se confunden o se convierten una cosa en la otra, logrando algún efecto de desconcierto. Desde el mundo y los códigos del cómic, también es interesante cómo se enlazan las distintas historias de la película y se mantiene cierta tensión hasta el final.

Con ello, se percibe una forma personal de hablar de asuntos como la parte de oscuridad que hay en nosotros y en nuestras relaciones, las heridas que arrastramos y ocultamos, las violencias que hay en nuestra cotidianidad, el peso del azar, la suerte, la pérdida y el dolor en las personas que terminamos siendo, las fantasías que todos tenemos, la escurridiza relación entre ficción y realidad. Sin embargo, el problema de Asombrosa Elisa es que no logra del todo despegar de ese referente y tener fuerza por sí misma.

Sílvia Abascal logra mantener un papel muy difícil, pero el resto de interpretaciones resultan forzadas. Lo mismo sucede con los personajes y las situaciones, demasiado llevados al límite sin que resulten creíbles, como si se quisiera ser rompedor y turbarnos a toda costa. El director se acerca a esa oscuridad de los personajes de un modo morboso, como si su propósito fuese impresionar por encima de todo, la búsqueda de una perturbación vacía. No hay humanidad en esa construcción de los personajes, ese fondo turbio no está integrado de forma natural en su realidad. De ahí procede la gran debilidad de la película, lo oscuro no resulta cotidiano, simplemente una rareza.  

A menudo, lo más aterrador reside en lo que no se dice, en lo que no vemos y tratamos de imaginar. Aquí no hay ningún ejercicio de contención, lo que pretende ser sorprendente se hace muy explícito, no hay espacio para el silencio, para que las situaciones fluyan y perturben sin ese empuje forzado.

Asombrosa Elisa es una propuesta interesante, se atreve a plantear una narración de cierta originalidad. Sin embargo, no logra alcanzar ese tono admirado que se propone y del que bebe.

Asombrosa Elisa es una producción de la productora La Charito Films.