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FESTIVAL DE CINE ESLOVENO 2022

Crítica: Grandpa Goes South

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- La película de Vinci Vogue Anzlovar es una comedia bien interpretada lastrada por una "lógica del velocista" y por bromas demasiado elaboradas

Crítica: Grandpa Goes South
Boris Cavazza, Vlado Novák y Zala Đurić en Grandpa Goes South

Hace más de 30 años, Vinci Vogue Anžlovar debutó con la película Grandma Goes South (1991), una comedia relativamente dulce sobre una anciana que se escapa de su residencia, recoge a dos músicos de jazz y huye hacia el sur en un Mercedes Benz convertible para empezar una nueva vida. Sin embargo, la película fue una especie de hito por la simple virtud de ser la primera película lanzada en Eslovenia desde la independencia del país de Yugoslavia, y se convirtió en un gran éxito en su país. Anžlovar regresa con su nueva película titulada Grandpa Goes South [+lee también:
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Es interesante aclarar que no se trata de una secuela y que no tiene nada que ver con el debut de Anžlovar, aunque sigue a personas ancianas (en este caso, a dos) que van en la misma dirección en un vehículo a motor (esta vez, una autocaravana) con música jazz de fondo (mezclada con canciones gitanas de los Balcanes). La película, que mezcla elementos de la comedia vulgar, la road movie y las películas de mafiosos, tiene un tono más parecido al revival de principios de los dos mil dentro del cine esloveno de la comedia yugoslava de principios de los años 80, como hemos visto en Porno Film, de Damjan Kozole (2000); Cheese and Jam, de Branko Đurić (2003); y Rooster’s Breakfast, de Marko Naberšnik (2007).

Anžlovar empieza su película con tres argumentos que siguen a tres pares de personajes. El atormentado músico de jazz Vlado (el actor Vlado Novák) secuestra a su mejor amigo y excompañero de banda, Boris (Boris Cavazza, visto recientemente en Sanremo [+lee también:
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entrevista: Miroslav Mandić
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) del hospital con la misión de llevarlo con su amor perdido hace mucho tiempo, Neda, que vive en Serbia. Después de una pelea, Esma (Zala Đurić, una estrella emergente del cine esloveno) se une a su novio Peter (Timon Šturbej) en su trabajo de llevar a Miki (Maruša Majer) y Esad (Nenad Tokalić), una pareja de asesinos, a una misión sin saber que van a servir de chivo expiatorio. Después de huir en el coche, Esma y Peter se ven envueltos en un accidente de tráfico donde él muere y ella resulta herida, y es salvada por Boris y Vlado. A través de la conexión de Esma con viajeros romaníes, el trío continúa su huida con ellos hasta su destino final: el Festival de la Trompeta de Guca.  

A juzgar por la respuesta en el circuito de festivales (la película se estrenó con poca fanfarria en el CinEast de Luxemburgo y su estreno nacional en el Festival de Cine Esloveno tuvo como resultado un premio Vesna al Mejor actor de reparto para Jonas Žnidaršič, que interpreta al inspector que se une más adelante a la persecución), Grandpa Goes South supone una oportunidad mejor para llegar a públicos más amplios en cuanto a la distribución regular, sobre todo en la región de los Balcanes. Su mezcla de humor basada en los estereotipos de los hombres ancianos, romaníes mágicos y sabios, y mafiosos de los Balcanes puede resultar demasiado insensible para Europa Central y Occidental. Los actores son su mejor baza, ya que Novák y Cavazza tienen mucha química interpretando a sus personajes de pantalla habituales de un vagabundo y un operario delicado, respectivamente. Đurić ofrece energía juvenil para complementarlos y Majer se divierte interpretando al asesino con inclinaciones filosóficas.

Sin embargo, la película padece una “lógica de velocista”, ya que empieza a un ritmo alto que decae hacia la mitad y no remonta hasta el final. Además, la fotografía de Miloš Srdić es digna de una postal, el diseño de sonido de Milko Lazar y el propio Anžlovar es un poco dominante en su omnipresencia, y hay un desequilibrio en cuanto a la preparación y al remate de las bromas. Esto se hace evidente en la elaborada secuencia en un taller subterráneo que parece sacado de las comedias de Emir Kusturica, y que es regentado por el Burduš (llamado así por el personaje que da título a una película yugoslava de los años 80) de Goran Navojec, cuya aparición se asemeja a la de Danny Trejo en las películas de Robert Rodriguez.

Grandpa Goes South es una coproducción entre Eslovenia y Macedonia del Norte realizada por las compañías A Atalanta, Radio-Television Slovenia y Sektor Film.

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(Traducción del inglés)

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