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PELÍCULAS / CRÍTICAS Italia

Crítica: Il primo giorno della mia vita

por 

- Paolo Genovese vuelve a sondar el alma humana con un relato entre lo real y lo metafísico sobre las segundas oportunidades

Crítica: Il primo giorno della mia vita
Margherita Buy y Toni Servillo en Il primo giorno della mia vita

Antes de la pandemia, la nueva película de Paolo Genovese, Il primo giorno de la mia vita [+lee también:
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, se iba a grabar en Nueva York e iba a estar protagonizada por un reparto internacional. La cinta, cuyo rodaje terminó hace dos años, llega por fin a los cines italianos (el 26 de enero a través de Medusa Film). Basada en el libro homónimo escrito por Genovese, la acción se trasladó de la Gran Manzana a Roma, y cuenta con un reparto italiano. Una historia marcada por el realismo mágico, que vuelve a girar en torno a un hombre misterioso que de alguna manera guía los destinos de otras personas (como en The Place: El precio de un deseo [+lee también:
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, la película del director de 2017 vendida a 70 países) y que confirma el interés de Genovese (cuyo éxito Perfectos desconocidos [+lee también:
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ha alcanzado el récord de 21 remakes en todo el mundo) por temas profundos que estimulan la reflexión y ayudan a cambiar nuestra perspectiva de las cosas.

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El cambio de perspectiva es precisamente el tema central de este nuevo trabajo del director romano que gira en torno a cuatro personajes de diferentes edades y experiencias, unidos por el deseo de terminar con todo. Arianna (Margherita Buy) es una policía que vive con un dolor insoportable; Napoleone (Valerio Mastandrea) es un motivador profesional que ya no puede motivarse a sí mismo; Emilia (Sara Serraiocco) es una gimnasta que ha terminado en silla de ruedas; Daniele (Gabriele Cristini, de 12 años) es un joven influencer con sobrepeso y víctima de acoso. Toni Servillo, un misterioso personaje sin nombre, los sube a todos en su coche viejo la noche en que, bajo la lluvia, deciden acabar con su vida (“Siempre vi el vaso medio lleno hasta que Dios se meó en él”, resume Arianna). El hombre les da una semana para darse una segunda oportunidad a sí mismos, para volver a enamorarse de la vida y salvarse a sí mismos (una especie de limbo en el que los cuatro protagonistas observan cómo sería el mundo sin ellos y, sobre todo, echan un vistazo a su futuro, en caso de que decidan volver a la vida).  

Día tras día, estos cuatro muertos se enfrentan a sus traumas, deseosos de relativizar su dolor y volver a saborear la vida (en el verdadero sentido de la palabra, ya que al principio estaban privados de sus sentidos, que recuperan poco a poco) porque una vez que has tocado fondo, siempre puedes volver a subir. Nuestros cuatro aspirantes a suicidas, que al principio desconfían los unos de los otros, empiezan a simpatizar y a hacer nuevas conexiones, pero, predeciblemente, no todos serán capaces de cambiar su decisión y resurgir desde la oscuridad. La predictibilidad es una especie de mancha en esta película, junto con un par de motivaciones suicidas poco convincentes que impiden al espectador empatizar con los personajes, pero las excelentes interpretaciones (el reparto incluye a Giorgio Tirabassi, Vittoria Puccini y Lidia Vitale, entre otros), la ambientación en una Roma nocturna casi irreconocible (la de los hoteles deteriorados en torno a la estación Termini) y el incuestionable talento de Genovese para crear historias introspectivas para el público general, hacen de Il primo giorno della mia vita una película curiosa de ver y con un sabor internacional.  

Il primo giorno della mia vita ha sido producida por Lotus Production en asociación con Medusa Film. True Colours gestiona las ventas internacionales.

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(Traducción del italiano)

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