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IFFR 2023 Compétition Big Screen

Crítica: Midas’ Ants

por 

- Después de EO, otro burro protagoniza la última película de Edgar Honetschläger, en la que los espectadores explorarán la delicada relación entre humanidad y naturaleza

Crítica: Midas’ Ants

Un año después de la fábula titulada EO [+lee también:
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, dirigido por Jerzy Skolimowski y ubicado en Italia, el activista y director de cine austriaco Edgar Honetschläger hace otra película en la que aparece un burro con un papel primordial. Esta característica es lo único que Midas’ Ants [+lee también:
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comparte con la película anteriormente mencionada, ya que, en esta, exhibida en la Competición Big Screen de este año durante el IFFR, el burro interpreta al narrador principal y a un filósofo, quentroduce su investigación filosófica al contarnos el mito de Faetón, el cual es un hilo conductor principal o leitmotiv de la película.

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En resumen, Faetón es hijo de Helios, y le pregunta si puede conducir su carruaje por un día. A pesar de que Helios intenta disuadirlo y sacárselo de la cabeza, el chico no cambia de idea. Entonces, le deja tomar las riendas del carruaje, pero su viaje es desastroso, pues lo lleva tan cerca de la Tierra que la quema, pero también tan lejos que la congela. Zeus golpea a Faetón con uno de sus rayos, matándolo al instante, y su cuerpo sin vida cae en el río Erídano. Las Helíades, hermanas de Faetón, se convierten en álamos negros mientras lloran su muerte. Normalmente, este mito se utiliza para explicar la existencia de tierras inhabitables y de la existencia del ámbar y de personas de tez más oscura. 

Honetschläger ha dado en el blanco con la decisión de trabajar con este mito, ya que su película se puede escribir como un discurso muy original, deliberadamente desestructurado, sobre la turbulenta relación entre la humanidad y la naturaleza.

A pesar de la profunda naturaleza filosófica e inquisitiva de su obra, a Honetschläger no le tiembla el pulso a la hora de provocar, más o menos deliberadamente, la risa de los espectadores. Las escenas y situaciones que crea con un reparto de actores que no son profesionales a veces da lugar a una energía extraña que genera sorpresa y entretenimiento. Por ejemplo, en una de las escenas, una camarera de ascendencia tahitiana explica con voz en off cómo los británicos y otros colonizadores de occidente se hicieron con la isla, arrasando con el paraíso y con la esperanza de que los tahitianos fueran “tan infelices” como ellos a partir de entonces. Todo esto ocurre mientras ella está sirviendo café a una pareja de ancianos italiana. Después de un tiempo, nos damos cuenta de que ha estado observándolos durante bastante tiempo, provocando que el hombre se molestase.

Además, la película es estéticamente agradable, ya que la dirección de fotografía de Fabrizio Farroni nos regala primeros planos buenísimos y paisajes asombrosos, a la vez que el montaje, responsabilidad del propio director y Thomas Woschitz, consigue crear una experiencia visual muy fluida, a pesar de los numerosos cambios de escenario, de su libre estructura narrativa y de la presencia de varios narradores.

En conjunto, Midas’ Ants es una conmemoración a la belleza de la vida y de la naturaleza, que en ocasiones da a entender de manera más o menos explicita la amenaza que supone el cambio climático y las noticias falsas. Quizá no diga nada completamente nuevo o revolucionario, pero lo dice correctamente, con gran sinceridad y a través de un lenguaje cinematográfico bastante original. Podría ser muy bien acogida por los aficionados al cine experimental y a la mitología grecorromana. 

Midas’ Ants es una producción de la compañía vienesa Edoko Institute Film Production.

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(Traducción del inglés por María Yagüe Gran)

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