30/01/2023 - El poderoso primer largometraje de Maria Kaur Bedi y Satindar Singh Bedi muestra con valentía la intimidad de una pareja en plena búsqueda de una redención imposible

Maria Kaur Bedi, una directora suiza formada en ZHdK (Zürcher Hochschule der Künste) y en la Escuela de Diseño de Rhode Island (Estados Unidos), y Satindar Singh Bedi, un director indio y egresado del FTII (Instituto de Cine y Televisión de India), se conocieron hace unos años en una clase magistral en el Festival de Zúrich. De este encuentro, a la vez fortuito y escrito en el destino (Satindar afirma haber tenido una premonición sobre ello), nació una intensa relación que dio como resultado la película The Curse [+lee también:
tráiler
ficha de la película], proyectada en la sección Prix de Soleure de las Jornadas de Soleura.  

The Curse es una de esas películas que te cautiva desde sus primeras imágenes, un alien en el panorama cinematográfico suizo (pero no el único) que transforma los sentimientos en poesía pura. The Curse, experimental sin caer en el intelectualismo estéril, cuenta la desgarradora historia de amor de una pareja suiza-india que lucha contra un monstruo llamado adicción. La película usa un lenguaje visual poético con matices místicos que recuerdan al poder violentamente catártico de Maya Deren para evocar la lucha contra el alcoholismo que ambos (de diferente manera, él como actor y ella como observadora impotente) tienen que enfrentar.

The Curse alterna momentos de rabia y desesperación con pequeños destellos de esperanza que, sin embargo, desaparecen como fuegos fatuos. La pareja se entrega sin falsa modestia, con una sinceridad conmovedora, ofreciéndose a nosotros en un ritual cinematográfico catártico. Lo que cuenta la película es una historia de amor autobiográfica que desmiente el mito del alcohol (pero también podríamos incluir drogas y otras formas de adicción) como un catalizador para la creatividad y el estilo artístico. La magia del cine es puesta al servicio de una historia íntima, profunda y emotiva que habla con una honestidad feroz de las devastadoras consecuencias de la adicción al alcohol. Una adicción que puede no tener final, y eso a pesar del amor que une a la pareja.

La decisión de usar la voz en off como protagonista indiscutible de la historia también es muy buena. Los cuerpos encarnados en la pantalla no son más que sombras, bocetos deformados de una realidad que se escapa peligrosamente de las manos. La voz y las frases recitadas con un poder emocional desgarrador son todo lo que queda de los protagonistas, ahora conchas vacías que se aferran con fuerza a sus últimas esperanzas. En una especie de competición de poesía eterna, las voces de Maria Kaur Bedi y Sati (como ella lo llama) se suceden sin encontrarse, sus ecos se expanden hacia el cosmos en busca de respuestas que quizás ni siquiera existen. 

The Curse es un monólogo a dos voces (tres si tenemos en cuenta la obsesiva diatriba sobre la adicción), que alimenta un subtexto sonoro que evoca el pasado: el gorjeo de los pájaros, los pasos amortiguados de Sati en la nieve mientras narra su cruel infancia, música que a veces se convierte en un mantra con un sabor místico. Las emociones expresadas por los dos protagonistas son viscerales, más animales que humanas, una reflexión sobre una batalla interior que se convierte en furia. Emblemática y conmovedora en este sentido es la descripción que hace Sati de su madre poco antes de que ella muriera de alcoholismo, una mezcla de aromas familiares como incienso y Kajal y olores aterradores como desinfectante de hospital o el que emanaba su cuerpo deteriorado por la adicción.  

The Curse es una película extremadamente valiente y estéticamente poderosa que nos enfrenta a las dificultades de amar a alguien a pesar de sus demonios internos, un amor incondicional que quiere iluminar la oscuridad.

The Curse ha sido producida por las compañías suizas Spirited Heroine Productions y Tilt Production.

(Traducción del italiano)