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IFFR 2023 Competición Tiger

Crítica: Geology of Separation

por 

- El documental de Yosr Gasmi y Mauro Mazzocchi es un estudio polifónico del viaje de dos refugiados a través del proceso de asilo, y de una Europa extraña en general

Crítica: Geology of Separation

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, el segundo largometraje codirigido por Yosr Gasmi y Mauro Mazzocchi, enfrenta el realismo documental con elevadas digresiones ensayísticas, con la preocupante victoria de estas últimas en la mayoría de los casos. Partiendo de una premisa bastante sencilla, en la que seguimos a dos inmigrantes africanos recién llegados a Sicilia que comienzan su dantesco proceso de asilo en el Ministerio del Interior, asistimos a una serie de desvíos eclécticos pero solemnes, estructurados en capítulos, en los que los cineastas se esfuerzan por situar la existencia precaria de sus personajes en una serie de esquemas visuales que no se ajustan a su realidad, así como en contextos académicos o escolares poco convencionales.

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Estrenada en la Competición Tiger del IFFR, que lleva tiempo siendo un foro abierto para largometrajes realizados fuera de los límites tradicionales de la industria (con muchos ejemplos excéntricos o híbridos por naturaleza), Geology of Separation encaja perfectamente en este perfil. Aparentemente, la cinta ha recibido el apoyo del Doha Film Institute, pero tenemos la sensación constante de que Gasmi y Mazzocchi siguen su propia musa, trabajando en un blanco y negro que aporta cierta sensación de extrañeza a cada imagen, pasando por alto en todo momento los principios periodísticos del “quién, qué, dónde y cómo”, en los que se apoyan la mayoría de los trabajos documentales, especialmente aquellos que tratan temas tan serios.

Nuestras dos figuras centrales son Abderhaman, que huyó de la guerra civil libia iniciada en 2014, y Laly, que habla francés y procede de un país no especificado de África Occidental. Sin embargo, hay otras circunstancias que los directores no se molestan en aclarar. Los protagonistas comienzan la película enfrentándose a la difícil situación de esperar, que podemos identificar fácilmente. Esperan en centros de detención de inmigrantes a que se tramite su solicitud de asilo, soportando una deshumanizadora sensación de vacío. Como señala Abderhaman, cuyas extrañas y articuladas reflexiones verbales no son igual de esclarecedoras a lo largo de la película: “A veces me angustio al ver que nos pudrimos aquí”. No obstante, tras un nuevo capítulo, misteriosamente titulado “Trasplante, corrupción y muerte de…”, tanto sus trayectorias como la de la película saltan por los aires en mil pedazos.

Las autoridades rechazan de forma sumaria las reclamaciones de los dos hombres, obligándoles a dirigirse hacia nuevas fronteras más amistosas, donde encuentran un trabajo agrícola remunerado de forma ilegal. Rodada en largas tomas que evocan los panoramas apocalípticos de Béla Tarr, el interés de la película por documentar pacientemente la lucha de sus protagonistas acaba retirándose en favor de imágenes más estetizadas, con los dos hombres ingeniosamente encuadrados en la fotogénica miseria de sus entornos, donde aparecen como meros cuerpos, más que como seres humanos plenamente habitados. Posteriormente, mediante la poética voz en off de la propia Gasmi, la cineasta explica que las profundas raíces del desplazamiento masivo de seres humanos residen en la desintegración del supercontinente Pangea, mientras observamos imágenes aéreas levemente desenfocadas que explican, en cierto modo, el título de la película, que difumina las disciplinas (por ejemplo, las características geológicas de un concepto abstracto como “separación”).

Asistimos a otros fragmentos visuales sobre la difícil situación que viven los inmigrantes cuando los realizadores introducen imágenes de académicos franceses, expertos en estudios sociales, que explican el fenómeno de los cultos a la carga y la antropología simbólica (temas que podrían resultar interesantes por separado, pero que aquí se incluyen torpemente para justificar decisiones artísticas). La indiferencia de la población europea en general se refleja perfectamente en una secuencia que tiene lugar en una estación de esquí, en la que escuchamos de fondo “Hungry Heart” de Bruce Springsteen (una imagen que parece sacada de los documentales observacionales de Loznitsa). Finalmente, al igual que las protecciones legales de Europa han abandonado a inmigrantes como Abderhaman y Laly a sus puertas, la película hace lo mismo.

Geology of Separation es una coproducción entre Túnez, Italia y Francia, producida por L’Argent.

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(Traducción del inglés)

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