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IFFR 2023 Competición Tiger

Crítica: 100 Seasons

por 

- El primer largometraje del bailarín profesional Giovanni Bucchieri es una exploración de su lucha contra el trastorno bipolar y sus sentimientos sin procesar hacia su primer y verdadero amor

Crítica: 100 Seasons
Giovanni Bucchieri en 100 Seasons

En su transición al rodaje de largometrajes, el bailarín y coreógrafo sueco Giovanni Bucchieri no deja lugar a dudas de que su anterior oficio no es historia. En su debut, 100 Seasons [+lee también:
tráiler
entrevista: Giovanni Bucchieri
ficha de la película
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, estrenado en la Competición Tiger del IFFR que acaba de concluir, demuestra que sabe cómo abrir una película con un buen golpe o, para ser más precisos, con un elegante taconazo de balé. En ese momento conocemos a Giovanni, que se interpreta a sí mismo en esta fantasía ficticia de su propia vida, bailando una imitación perfecta de una antigua grabación de su pasado, proyectada torpemente en la pared de su habitación. El espectador que no esté al tanto de su carrera profesional previa se llevará una sorpresa, la misma que se llevará en el cine quien se tope con Lady Gaga como una actriz resolutiva con unas dotes igualmente impresionantes.

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Sin embargo, a juzgar por 100 Seasons, Bucchieri ha compuesto un vehículo estelar y un recordatorio fílmico para sí mismo a pesar de que no posee un dominio absoluto de su nuevo oficio. Aunque es una obra animada y lanza continuamente ideas nuevas al aire, como quien vuelca un baúl lleno de disfraces, se trata de una obra mal escrita y con una estructura desordenada que no profundiza especialmente en el trastorno bipolar del autor, sino que lo menciona ante todo para buscar momentos cómicos, y coquetea con aspectos de la mentalidad de celibato voluntario a través de sus añoradas y elaboradas fantasías sobre su amor perdido, Louise (Louise Peterhoff, que tuvo un pequeño papel en Midsommar).

Bucchieri apuesta por una doble vía narrativa, yuxtaponiendo sus penurias de aparente desempleado y su bloqueo creativo con las penurias de Louise, una exitosa directora de teatro de danza que actualmente está en plenos ensayos de la adaptación de un balé de Romeo y Julieta. Pero de manera desconcertante, en vista de la falta de referencias claras a ella en su propio segmento, vemos una lista asombrosa de imágenes de cámara de ambos en el fragor del primer amor en una academia de baile, y luego, lo que resulta más desconcertante, en viñetas amateur de ellos vestidos de trajes de teatro del siglo XVIII en la entrada de una finca palaciega, rematado por unas imágenes a bordo de una nave espacial orbitando alrededor de la Tierra. En los segmentos más cautivadores de Louise, Giovanni es una ausencia estructuradora, su sentido anárquico del juego pone en perspectiva sus intentos de descifrar la adaptación de Romeo y Julieta y de lidiar con las amotinadas respuestas de su cuerpo de baile. En el espacio doméstico, ella también desaprueba la incipiente relación de su hija adolescente (casi adulta) con su novio, que resulta peculiar en la Suecia liberal, pero que percibimos como una neurosis más realista en contraste con los exuberantes anhelos románticos de su propio ex.

A medida que avanza el metraje, va surgiendo la idea de que 100 Seasons encaja mejor como un escaparate de artes escénicas que como un sólido drama narrativo, y que en el caso de Giovanni, la línea que separa la propia revelación y el exhibicionismo es muy delgada. Esto queda claro cuando él se disfraza de Michael Jackson en su época de Thriller, ataviado con un fiel atuendo de sombrero de fieltro y un único guante blanco de lentejuelas y realiza una esforzada imitación de baile en la esquina de una soporífera calle principal del extrarradio, mientras los transeúntes asoman de la panadería y de la oficina de Correos para echar un vistazo al jaleo que se ha montado. La secuencia alcanza su momento álgido cuando un jump cut deja a Giovanni completamente desnudo, con su orgullosa virilidad a la vista, y los transeúntes asoman perspicazmente. Un toque más de ingenuidad en la dirección y la narración que aporta un significado adicional a su objetivo de sustentarlo todo a través del arte.

100 Seasons es una producción sueca en manos de French Quarter Film y RMV Film. Sus ventas la supervisa Pluto Film Distribution Network GmbH.

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(Traducción del inglés por Marcos Randulfe)

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