20/02/2023 - BERLINALE 2023: Lila Avilés teje una delicada, penetrante y ultrasensible trama adentrándose en el corazón de la naturaleza humana a través de una casa, una familia y un solo día

“Los ciclos vuelven a un punto, pero no al mismo punto. Es una espiral ascendente que pasa por varios puntos diferentes, aunque tengamos la impresión de que vuelve al mismo punto”. No os equivoquéis: Tótem [+lee también:
tráiler
entrevista: Lila Avilés
ficha de la película], de la mexicana Lila Avilés, presentada en competición en la Berlinale no tiene ningún calvario intelectual, ya que se sumerge en los matices de una vida cotidiana familiar claramente normal y universal. Pero esta información sobre la percepción del tiempo en la Mesoamérica precolombina difundida por una invitada en un jardín iluminado por farolillos donde se reúnen los familiares de un hombre joven que se encuentra a dos pasos de la tumba para celebrar su cumpleaños, casi tiene valor de programa para una película de una delicadeza extrema y de un brillante tono íntimo ambientada en un solo día en un mismo lugar.

“Mi deseo es que papá no se muera”. Sol (Naíma Sentíes) da a la película el punto de vista principal, el de una niña de siete años que se hace preguntas, observa a hurtadillas, escucha conversaciones, capta los murmullos y las oscilaciones a su alrededor, sin comprender del todo las preocupaciones de los adultos mientras vive su vida simple de niña en medio de la agitación de los preparativos para la fiesta de cumpleaños de Tona, su padre invisible (Mateo García Elizondo), recluido en una habitación donde intenta reunir las pocas fuerzas que le quedan para participar en el evento.

En la familia dirigida por las tías Nuri (Montserrat Marañon) y Alejandra (Marisol Gasé) hay alboroto: cocinan, se disputan el baño, pasan de una habitación a otra (y al jardín con sus insectos, su columpio y su trastero) bajo la mirada del abuelo (que se ocupa de los bonsáis cuando no se irrita hablando con su electrolaringe), limpian, se ocupan de Sol y de su prima pequeña. Y después aparecen otros personajes: una exorcista, un tío, otra tía, primos adolescentes, la madre de Sol, cada uno aporta su propio toque personal en este acuario familiar ampliado por Cruz (Teresita Sánchez), la cuidadora del padre. Y a lo largo de la jornada se desvelan los personajes, los modos de comunicación entre ellos, fragmentos del pasado, urgencias del presente (¿Qué tratamiento para Tona?¿Con qué dinero?) Y la necesidad de vivir plenamente este “sol en las tinieblas”, esta pausa que supone la fiesta, punto culminante de la película.  

Lila Avilés crea un fascinante continuum de espacio-tiempo, un puzzle muy elaborado de un naturalismo impactante gracias a un extraño talento para la percepción muy cercana de las emociones, y confirma todo el potencial desvelado por su primer largometraje, La camarista. , La directora concentra su mirada en un microcosmos (una casa, una familia) y se sale de los esquemas narrativos clásicos para sumar toda la fuerza de la sensación documental a los horizontes más vastos de la imaginación condensados por la ficción (la naturaleza, la infancia, el fin de un mundo). Un cine de la vida y del alma con apariencias modestamente tramposas debido a la gran variedad.

Tótem ha sido producida por las compañías mexicanas Limerencia Films y Laterna, y coproducida por la danesa Paloma Productions y la francesa Alpha Violet (que gestionan las ventas internacionales).

(Traducción del francés)