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BERLINALE 2023 Panorama

Crítica: Femme

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- BERLINALE 2023: Una drag empieza un baile de selección y muerte con un camello que oculta su sexualidad en el emocionante y tensa debut de Sam H. Freeman y Ng Choon Ping

Crítica: Femme
George McKay y Nathan Stewart-Jarrett en Femme

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, que gira en torno al mundo drag, la cambiante noción de identidad propia de esta subcultura se traslada también a la forma de narrar la película. Exceptuando la escena inicial, en la que una tal Aphrodite Banks (el alter ego travestido del protagonista, Jules, interpretado por Nathan Stewart-Jarrett) se pavonea alegremente en el escenario mientras se  prepara para interpretar un monólogo de lo más travieso, el arco argumental de la película anula esta expresividad queer, o más bien la vuelve a encerrar dentro del armario, por jugar un poco con el doble sentido de la expresión. Dejando de lado las exhibiciones en solitario del cabaret, o de su antecedente, el vodevil, se puede decir que el drama constituye más bien una pieza de cámara cargada de amenaza psicosexual y de tensión entre los dos principales personajes masculinos.

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Esta ópera prima de los codirectores británicos Sam H. Freeman y Ng Choon Ping ha constituido uno de los títulos más valorados de la sección Panorama de la Berlinale de este año, ya que coge un tema conocido y mainstream que quizá haya perdido parte de su "filo" underground —el de la escena drag, popularizada tras el éxito de RuPaul's Drag Race— y lo contrapone con una variante más "masculina" e intimidante de queerness. Los directores también consiguen una especie de equilibrio deseable por el que la película siempre se inclina (pero nunca llega a caer del todo) tanto hacia el lado del "drama" como al del thriller o el suspense, invocando así una corriente siniestra, propia de Pinter, y reacia al realismo del cine y el teatro británicos.

Ya sin la euforia propia de actuar en el escenario, una banda de matones encabezada por Preston (George McKay, de películas como 1917 [+lee también:
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y la inminente La Bête) asalta a Jules —todavía disfrazado de Aphrodite— de camino a un quiosco a por tabaco, casualmente después de que Jules señalara que había visto a Preston merodeando fuera del cabaret antes de su espectáculo, tratando de captar su mirada de manera amorosa. Otro personaje describe más tarde a Preston, ataviado con tatuajes que denotan una estancia previa en prisión, como un "bulldog al que le han golpeado en la cabeza unas cuantas veces", y esta propensión a la violencia parece manifestarse como un escudo protector, que desvía la atención sobre su verdadera orientación sexual.

Tres meses después, Jules se deja las actuaciones, mancilladas por los abusos homófobos que sufrió tanto en esta ocasión como en otras anteriores —dato que le facilita su novio Toby (John McCrae)—. Un día, deambulando por una sauna húmeda e iluminada con claroscuros (otro indicio más de su distanciamiento respecto a los espacios homosexuales más acogedores y amistosos), Jules se cruza nada más y nada menos que con Preston, que no reconoce a su antigua víctima, ahora desprovista de maquillaje. De forma titubeante, comienzan un noviazgo caracterizado por el sexo duro y clandestino, así como por el debate interno de Jules sobre la posibilidad de vengarse, por mucho que su vínculo desafíe de forma productiva su comprensión de la fluidez de género masculina.

Los elogios al equilibrio perfecto que Femme parece lograr en su ecuador no son para nada una exageración; en su clímax, el cambio de papeles y la sensación de venganza planeada contra Preston parecen esquemáticos, al menos hasta que llega la brillante coda en la que se utiliza una única prenda de atrezzo, que ha ido adquiriendo un peso gradual a lo largo de la narración. Y no es casualidad que destaque el mero atrezzo por delante de las características cinematográficas en sí, ya que forma parte de aquello que ha hecho grandes a Freeman y a Choon Ping —de hecho, este último se labró su reputación en el mundo del teatro británico—: Femme parece derivar del minimalismo de un espacio de representación de caja negra, de la mejor manera posible, ya que McKay y Stewart-Jarrett se golpean y acechan mutuamente con una intimidad de aliento pesado que la gran pantalla también amplifica a la perfección.

Femme es una producción de Agile Films, con el respaldo de BBC Film. Las ventas mundiales corren a cargo de Anton.

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(Traducción del inglés)

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