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MÁLAGA 2023

Crítica: Una vida no tan simple

por 

- Félix Viscarret retrata con inteligente humor la crisis de los cuarenta, la evanescencia caprichosa del éxito profesional, la inmadura amistad masculina y la autoexigente paternidad moderna

Crítica: Una vida no tan simple
Álex García y Miki Esparbé en Una vida no tan simple

En octubre del año pasado el navarro Félix Viscarret presentó en la Seminci de Valladolid No mires a los ojos [+lee también:
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y ahora compite en la Sección Oficial del 26º Festival de Málaga con su último trabajo, Una vida no tan simple. Es todo un lujo contar con dos obras tan seguidas de uno de los cineastas españoles que con cada nuevo largometraje sube un peldaño en su pericia a la hora de narrar, manteniendo un pulso excelente tanto en el suspense (con su anterior film) como en la comedia, ambos con trasfondo dramático/existencial.

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Aunque los personajes de Una vida no tan simple y sus casas parecen sacados de una revista de moda y decoración, la película se contempla con una ligereza armoniosa, con una sonrisa en los labios la mayor parte de su metraje, aunque no deje de abordar temas profundos y más serios de lo que parece a primera vista.

Por ejemplo, la crisis laboral y la vacuidad del éxito profesional, con unos tipos (los envidiados triunfadores) que han vendido hasta la vergüenza por estar en lo alto del mundo de la arquitectura, pues a este oficio se dedica el protagonista, encarnado por un Miki Esparbé como nunca lo habíamos visto, surfeando con talento entre la desorientación, el caos, el ridículo, la ternura y el frágil amor propio, vapuleado por los envites del destino.

También Viscarret disecciona con sutileza y sensibilidad ese tiempo crítico que es con frecuencia la cuarentena, una etapa vital de autoanálisis en la que se debería tener todo bajo control, pero que en realidad dista mucho de los objetivos soñados. La rutina del matrimonio y la autoexigente paternidad moderna (algo que no habíamos visto mucho en el reciente cine español, más allá de las charlotadas de Santiago Segura) también se dan cita en una comedia –no tan simple– que, bajo todo ese barniz de película vistosa y bellamente fotografiada encierra amargura, bastante melancolía y un profundo amor por esos hijos que conducen al protagonista al desconcierto.

Hay que destacar también la soberbia química edificada entre el personaje central y su colega, encarnado por Álex García (tan magnético como en la serie Antidisturbios [+lee también:
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, pero más romántico): ambos diseñan –gracias al guion del propio Viscarret– un retrato de la amistad masculina (cómplice a la vez que inmadura) en el que resulta fácil reconocerse o reconocer a allegados.

Con todo ello, el codirector de la serie Patria [+lee también:
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ha construido uno de esos títulos que acaban seduciendo sin prisas, inoculando sutilmente dentro del espectador algo parecido a la sensación de felicidad; porque ésta es como el suflé (lo menciona el personaje secundario que encarna el gran Ramón Barea, refiriéndose al subidón de los premios recibidos): intensa, dulce y, lamentablemente, momentánea.

Una vida no tan simple está producida por LamiaA Contracorriente Films. Latido se encarga de las ventas internacionales y se estrenará en salas españolas el 23 de junio, distribuida por A Contracorriente Films.

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