21/03/2023 - Rebecca Marder ilumina un tenso thriller de Sylvain Desclous anclado en la antecámara de las altas esferas políticas, entre deseos de cambiar el mundo y confrontación con la realidad

"Mi padre piensa que nos has utilizado a mí y a toda nuestra familia para escalar socialmente". En Francia, como en muchos otros países, cuanta más relación tienes con las esferas de poder más influyentes, más impenetrables resultan a menudo las fronteras entre las clases sociales y, a pesar de la mejor voluntad del mundo, cuando no formas parte de los pocos afortunados, te toca tratar de derribar numerosas barreras invisibles. Esta exclusividad, reforzada por los extremos criterios de selección de los centros de enseñanza superior y por la supremacía de "les grandes écoles", se encarna en la ENA ("École Nationale d'Administration", que recientemente ha sido rebautizada para convertirse, desde el año pasado, en el "Institut National du Service Public"), donde se forman los mejores altos funcionarios de Francia. Este es el telón de fondo de De Grandes Espérances, el segundo largometraje de ficción de Sylvain Desclous, que se estrenará en los cines franceses el 22 de marzo por cortesía de The Jokers y que se inicia con una joven pareja de estudiantes en la veraniega Córcega mientras se preparan para el examen de ingreso en la ENA al tiempo que esperan los resultados de sus pruebas escritas para saber si serán admitidos en el examen oral principal conocido como el "Grand Oral".

Ya instalada en la lujosa villa alquilada por los padres lioneses de Antoine (un brillante Benjamin Lavernhe en un papel complicado), Madeleine (Rebecca Marder) atrae la atención de otro miembro de la familia: la ex ministra Gabrielle (Emmanuelle Bercot). Hay que reconocer que la joven lo tiene todo para atraer a la todavía diputada socialista: procede de un barrio conflictivo de los suburbios de Lyon, es la primera becaria que consigue graduarse como primera de su promoción en el Instituto de Ciencias Políticas de Lille, conocido como Sciences-Po Lille, y es una apasionada de la economía social y solidaria que predica un idealismo muy concreto a favor de las cooperativas obreras que compran fábricas en dificultades y de la regulación generalizada de los salarios, calificándolos en una escala del 1 al 20. El futuro no puede ser más prometedor para la hermosa Madeleine, que pronto recibe una oferta de trabajo de Gabrielle como asistente parlamentaria. Pero de pronto, ocurre una terrible tragedia que sella un secreto muy difícil de guardar entre Madeleine y Antoine. Una espada de Damocles se cierne sobre toda la película, sacando a la luz defectos cada vez más peligrosos, hasta que...

"No me sermonees". Al mezclar el género del cine policíaco con una historia de ambición política y violencia, con una historia sobre el amor y la cobardía al mismo tiempo, las complicadas relaciones con los padres, los secretos y las mentiras, los golpes bajos y la supervivencia cuando hay intereses vitales en juego, Sylvain Desclous explora el terreno polifacético y lleno de fricciones entre el viejo y el nuevo mundo. El ritmo de la película, la fotografía de Julien Hirsch y la música de Florencia Di Concilio dan gran forma a una historia que intenta abarcar muchos temas y que, ante todo, proporciona a la estrella emergente Rebecca Marder (que ya tuvo una buena acogida recientemente en Mi crimen [+lee también:
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ficha de la película], Une jeune fille qui va bien [+lee también:
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ficha de la película] y Simone, la mujer del siglo) otro papel memorable que añadir a su filmografía, cuyo éxito no ha hecho más que empezar.

De Grandes Espérances ha sido producida por Sésame Films en coproducción con Auvergne-Rhône-Alpes Cinéma. Las ventas corren a cargo de Loco Films.

(Traducción del francés)