22/03/2023 - El nuevo documental de Erik Gandini es desenfadado y atractivo, pero llega algo tarde y parece tomar cierta distancia a la hora de abordar un tema de actualidad

En la era actual, en la que el concepto de trabajo está en constante cambio y se pisotean los derechos de los trabajadores a través de nuevas modalidades de empleo como la economía colaborativa, el nuevo documental del cineasta de origen italiano y sueco Erik Gandini, After Work [+lee también:
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entrevista: Erik Gandini
ficha de la película], que acaba de estrenarse a nivel mundial en el CPH:DOX, se desarrolla como una idea que llega tarde por parte de un observador algo curioso que no ha acabado de implicarse del todo.

Tal y como ha demostrado con sus trabajos anteriores, entre los que se encuentran Surplus, Terrorismo de consumo o, su mayor éxito, Videocracy [+lee también:
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ficha de la película], Gandini sabe sin duda cómo crear un documental atractivo y envolvente sobre temas importantes de actualidad. En esta ocasión se ha asociado con Fredrik Wenzel, director de fotografía habitual de Ruben Östlund, y con Johan Söderberg y Christoffer Berg, que se han encargado de la banda sonora, para conseguir otra película de aspecto y sonido magníficos, pero que llega con un poco de retraso.

El documental aborda el tema desde lugares tan dispares como Italia, Kuwait, Estados Unidos y Corea del Sur a través de entrevistas con expertos, funcionarios y gente de a pie, así como de citas selectas extraídas de vídeos ya existentes —y conocidos— de Noam Chomsky, Yiannis Varoufakis, Yuval Noah Harari y Elon Musk. El documental arranca con Corea del Sur, donde el gobierno ha empezado a implementar la política “PC off”, que consiste en el apagado automático de todos los ordenadores de las oficinas a las 6 de la tarde con el fin de tratar de cambiar los hábitos de sobrecarga de trabajo de la gente.

En el documental, Gandini habla con un enérgico experto estadounidense en desarrollo ético de la cultura sobre el hecho de que los estadounidenses tienen la mentalidad de estar —o parecer estar— siempre ocupados, lo cual ha hecho que la gente ni siquiera haga uso de sus escasas semanas de vacaciones. Asimismo, un representante de Gallup describe tres tipos de trabajadores: los que se sienten realizados, los que no tanto y los que se sienten totalmente irrealizados; y es que estos últimos, según él, son los que amargan a los demás. Un filósofo relaciona esta ética moderna del trabajo con el calvinismo y el miedo de los creyentes a ir al infierno, al tiempo que un sociólogo italiano describe a los “ninis” (jóvenes que ni estudian ni trabajan), que constituyen un fenómeno especialmente presente en el sur de Europa.

En Kuwait, país rico en petróleo, a veces hay 20 personas en un mismo puesto de trabajo, por lo que, en estos casos, algunos no realizan ningún trabajo real y, sin embargo, reciben una magnífica remuneración. Aquí es donde se manifiesta la dicotomía entre ocio y trabajo, así como el significado del propósito: una mujer estadounidense encuentra satisfactorio su trabajo como repartidora de Amazon, a pesar de haber oído hablar de compañeros descontentos que tienen que orinar en botellas debido a la vigilancia constante. En Italia, conocemos a un jardinero al que no le importa pasárselo bien y a una pareja en la que la esposa es una rica heredera y el marido cree firmemente en el valor del trabajo y se opone a la idea de la renta básica universal.

Esta concepción se combina con la introducción del arma de doble filo de la automatización y, en su característico estilo humorístico, con cortes abruptos y un absorbente diseño de sonido. Gandini entrelaza hábilmente todos estos elementos para brindar al espectador con un visionado atractivo, a menos que se trate de uno que haya seguido el tema con cierto interés durante los últimos cinco años, para el que el documental le resultará más de lo mismo.

Es por este motivo por el que la película da la sensación de abordar el tema desde la distancia, como si el equipo de producción no fuera consciente de que la cuestión del trabajo en tiempos de capitalismo desenfrenado ha dado lugar a prácticamente todo un subgénero de documentales, algunos de los cuales, como The Gig Is Up [+lee también:
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ficha de la película] o incluso otros menos conocidos como Happy Worker, del año pasado, lo han explorado con una mayor inversión e investigación, lo que a menudo ha dado lugar a que el público abriera los ojos y se diera cuenta de muchas cosas respecto a este tema.

After Work es una coproducción de la sueca Fasad AB y la italiana Propaganda Italia, en colaboración con RAI Cinema, Sveriges Television AB - SVT, la noruega Indie Film, la neerlandesa VPRO y la alemana Geo Television.

(Traducción del inglés)