27/03/2023 - Puede que nunca vuelvas a tener el mismo aspecto a la hora de pasar por el control de pasaportes de los aeropuertos británicos después de ver este inquietante documental de Kate Stonehill

Este marzo de 2023 se cumplen 20 años desde el inicio de la guerra en Irak, uno de los puntos clave en la guerra contra el terrorismo, comenzada por la administración de George W Bush poco después de los atentados del 11-S. Por lo tanto, ahora es el momento ideal para ver Phantom Parrot, dirigida por Kate Stonehill y cuyo estreno ha tenido lugar en la competición F:Act del CPH:DOX. Esta trata de un programa de vigilancia de alto secreto diseñado para copiar datos personales de los dispositivos electrónicos de los pasajeros que llegan a Reino Unido.

Según la cláusula nº7 del Terrorism Act 2000 , cualquier individuo puede ser interceptado en la frontera, detenido, registrado e interrogado. Desde principios de los 2000, la seguridad de los países y los ciudadanos ha pasado a ser una prioridad para los gobiernos, pero también una excusa para algunas operaciones clandestinas que violan los derechos humanos básicos. Phantom Parrot muestra el lado oscuro del juramento de “servir y proteger” al que se comprometen las instituciones. Este documental se desarrolla paulatinamente como un buen reportaje… y también como thriller. Conforme nos vamos adentrando en la historia, da la impresión de que todo el mundo puede estar bajo vigilancia o ser perseguido por motivos tan claros como los de K. en El proceso de Kafka. Esta nueva moda de “desconectar los domingos ” no bastará para protegernos.

Stonehill, que en los créditos finales da las gracias a Edward Snowden y a los periodistas de investigación por su trabajo, entrevista a las víctimas del abuso de poder o persecuciones injustas, pero también proporciona un contexto más amplio a la historia. Esta incorpora material de archivo de los procesos judiciales del Terrorism Act 2000 en el parlamento, que tuvieron lugar aun a sabiendas de que era un acto que violaba claramente los derechos civiles y humanos.

La directora habla con un abogado estadounidense que trabajó en el caso de Ali Al-Marri, un hombre acusado en falso de ser un “combatiente enemigo” y detenido 13 años en Estados Unidos. También graba una clase impartida por un especialista de seguridad, explicando cómo se puede vigilar a un propietario medio de dispositivos electrónicos. No obstante, el principal protagonista de la película, Muhammad Rabbani, no era precisamente un propietario “medio” cuando lo interceptaron a su llegada al Reino Unido, al volver de una boda en Catar: llevaba consigo pruebas de que Al-Marri había sido detenido y torturado ilegalmente. Durante 6 horas, Rabbani estuvo retenido, fue interrogado, y le pidieron las contraseñas y códigos PIN de sus dispositivos… aunque en realidad, no se los pidieron exactamente, ya que de conformidad con la cláusula nº7, toda persona detenida pierde por completo su privacidad y está obligada a dar acceso a sus móviles u ordenadores portátiles a la policía (la misma cláusula que permite que la policía retenga a alguien para interrogarlo seis horas seguidas). Como Rabbani se negó a continuar, fue condenado a tres meses de encarcelamiento. Además de llevar información de Al-Marri, Rabbani también es un activista y director de una organización que se llama Cage, que sigue las acciones que llevan a cabo gobierno y sus agencias para influenciar comunidades musulmanas. Se ha hablado mucho sobre el miedo y la discriminación en el mundo post-11-S, y Phantom Parrot aporta otra voz que destaca en este coro. Ningún sistema de seguridad es intachable, pero algunos son más imperfectos que otros.

Phantom Parrot es una producción británico-estadounidense de Steven Lake. Amanda Lebow, de CAA, se encarga de las ventas de la película.

(Traducción del inglés por Nuria Olivas Valera)