email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

CINÉMA DU RÉEL 2023

Crítica: La base

por 

- El primer largometraje de Vadim Dumesh se sumerge sin ningún tipo de filtros en la vida cotidiana de los taxistas parisinos que esperan en la parte trasera del aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle

Crítica: La base

“El planeta entero viene a visitar París, la ciudad más bella del mundo. Y su primera toma de contacto, es un taxi parisino.” De los aeropuertos, solo conocemos por lo general las pistas y las terminales, y de los taxis, tan solo las colas de espera y los trayectos que vienen después, con más o menos palique. Pero siempre hay un mundo más allá de donde alcanza nuestra vista. La base de Vadim Dumesh se adentra en el aparcamiento trasero para taxis del aeropuerto de Roissy-Charles-de-Gaulle, un lugar sorprendente, inmenso e indiferente, pero también de lo más animado. Una inmersión muy original, con una autenticidad en bruto (a menudo grabada a con smartphones de no-profesionales) unida al sentido agudo del director por los detalles, los personajes y las atmósferas simbólicas. El primer largometraje del cineasta de origen letón residente en Francia se ha estrenado mundialmente en la 45ª edición del Cinéma du réel, donde también ha competido.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

“París es demasiado dura, es imposible aguantar todo el día… Para escapar un poco, lo único que puedes hacer es venir al aeropuerto a descansar.” Detrás del aeropuerto, casi 900 taxis esperan a que los manden a una terminal o a otra. En el cielo, los aviones despegan y aterrizan sin parar y hay toda una mini sociedad matando el tiempo en este vasto parking a cielo descubierto. Reponer fuerzas, limpiar el taxi, escuchar música, jugar a la petanca, al fútbol, al ping-pong, tocar la trompeta o la guitarra, hacer deporte, leer El extranjero de Albert Camus, mandar vídeos, practicar la jardinería en los espacios contados libres de hormigón, hablar de todo y de nada, de la vida, evidentemente, pero también del trabajo (la competencia de los VTC, los préstamos para coches, los teléfonos móviles que lo han cambiado todo, la automatización, la publicidad en los vehículos, los coches sin conductor del futuro, etc.) y del paso del tiempo (“teníamos un parking de tierra, sin asfalto, sin luz, y vimos cómo se construía Roissy; nosotros nos hemos hecho mayores y Roissy ha rejuvenecido con sus hoteles, con sus inmuebles”). La base que hay detrás del aeropuerto es un universo repleto de historias que sin duda tienen en común el hecho de estar tejidas con los hilos de la inmigración, porque todas las comunidades están representadas en esta especie de torre de Babel de los taxis, haciendo un extraño eco de las múltiples destinaciones a las que se dirigen esos aviones volando por el cielo azul o en la negrura de la noche.

Grabando él mismo de incógnito o a través de las imágenes captadas por Ahmed (“el jardinero”), por el excéntrico Jean-Jacques y la laosiana Kham Yong, el cineasta esboza un retrato variopinto muy rico, humanista y más que evocador (pese a su falsa apariencia inconexa) de un lugar que se sale por completo de lo ordinario, entre la supervivencia en el corazón de una creciente modernidad despiadada y la resiliencia un tanto melancólica (nos mudamos, replantamos un árbol y encontramos nuestras raíces). Una película testigo (“quedarán recuerdos: así es como el cine permanece para siempre, es un archivo”) que arroja luz sobre el pasado, analiza el presente y se cuestiona sobre el futuro: “quizá sea el coche sin conductor quien cuente la historia. Ya no harán falta seres humanos”.

La Base ha sido producida por Les Films de l’œil sauvage, en coproducción con Vià 93, Le Fresnoy y Pictanovo.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del francés por Nuria Olivas Valera)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy