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D'A 2023

Crítica: My Way Out

por 

- Este documental derrocha fiesta, alegría, libertad, tolerancia, disfrute y orgullo: la de ser lo que uno quiera bajo la bola de discoteca de este club londinense, refugio para el colectivo trans

Crítica: My Way Out

Tras proyectarse en San Sebastián y el D’A Festival de Cinema de Barcelona, aterriza el 31 de marzo en salas españolas My Way Out [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, primer largometraje de Izaskun Arandia. Precisamente esta misma fecha se conmemora el Día Internacional de la Visibilidad Trans, algo que este film no sólo lleva por bandera, sino que además lo celebra a lo grande.

Con numerosas canciones, títulos de crédito e intertítulos que evocan rosadas noches de neón, sobrado optimismo y deseos de vivir como uno mismo decida se presenta una película de no ficción que, aunque también denuncia las discriminaciones y abusos que ha sufrido el colectivo trans durante años, rezuma esperanza y muchas ganas de bailar.

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A través de charlas con varias personas que se reúnen en el legendario club londinense que da título al documental, Arandia retrata con sumo cariño, comprensión y respeto lo complicado de ser persona transexual cuando aún no existía ni el término para definirlo. También resultaba difícil encontrar calzado y ropa de tallas poco normativas hace décadas, pero ahí están dando ejemplo de bravura esas mujeres que lograron sobrevivir al rechazo familiar y social gracias a su anhelo de ser libres y, sobre todo, felices.

Aunque se echa en falta algún ejemplo de hombre trans en su recorrido histórico (quizás porque serlo era aún más complicado en una pretérita sociedad súper heteropatriarcal), este ágil, reivindicativo y divertido film también muestra la fascinante historia de amor entre Vicky Lee, la fundadora del club, y su pareja durante décadas: una mujer que asegura “amar a las personas, no a su género”.

Con impagables imágenes de archivo en las que, dentro del My Way Out, se homenajea a musicales como Sister Act o de entrevistas televisivas a las valientes protagonistas de esta historia, este documental evita la sordidez, el panfleto y el dramón para subrayar el gran papel como lugar de referencia de este club, donde las personas jóvenes que aún estaban en transición podían encontrar referentes más maduros, algo que les sobra a las cis.

Porque, como demuestra esta película que se saborea como una copa de champán -y provoca el mismo subidón instantáneo-, en ese refugio de libertad, brillo, tolerancia, diversidad y música disco se daba siempre una cálida bienvenida a heteros, gays, trans o no binarios; también a aquellos que no querían definirse o se sentían entre sexos, porque no encajaban en los constructos sociales, sin importar raza, color de piel, cartera o procedencia. Y allí, hoy, las ancianas trans siguen danzando sobre la pista de baile con el mismo poderío de antaño, mientras afuera de este templo libertario se sigue luchando por el respeto, la igualdad y el reconocimiento.

My Way Out es una producción de Izar Films y AltContent que distribuye en España la compañía Atera Films.

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