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VISIONS DU RÉEL 2024

Crítica: The Landscape and the Fury

por 

- Nicole Vögele nos lleva a la frontera entre Croacia y Bosnia-Herzegovina, en donde las heridas aún abiertas de la guerra conviven con las de un presente igual de doloroso

Crítica: The Landscape and the Fury

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, que constituye el segundo largometraje de la directora suiza Nicole Vögele y se ha estrenado a nivel mundial en la competición internacional de largometrajes del Visions du Réel, es una película majestuosa y profundamente arraigada en una realidad que se observa con minucioso detalle, una cinta que continúa en la línea del tema fácilmente identificable del anterior trabajo de la cineasta, Closing Time [+lee también:
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. Tal y como explica la propia directora, contar a través de imágenes, relegar las palabras a un segundo plano, observar y escuchar en lugar de mostrar, es algo que requiere tiempo —mucho tiempo— y una actitud cercana a la devoción. Y, sin embargo, los 138 minutos que dura la película pasan volando, de modo que dejan en el espectador una sensación extraña: la de haber vivido algo grandioso y, al mismo tiempo, espantosamente sencillo.

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La historia que se cuenta en la película, o más bien el lugar donde se desarrolla la historia, es la frontera de la UE entre Croacia y Bosnia-Herzegovina, que se extiende a lo largo de 932 kilómetros. Se trata de una línea divisoria física que no tiene en cuenta nada más que el pasaporte de la persona que desea cruzarla. Allí, entre los maravillosos bosques que esconden en sus entrañas las cicatrices de una guerra que todavía se percibe en el ambiente, la directora ha pasado muchos años examinando lo que aquellos árboles conservan aún hoy de la tragedia.

Hombres, mujeres y niños procedentes de países como Afganistán, Siria, Irak o Burundi, personas que llegan a los pequeños pueblos de la frontera bosnia —sin zapatos ni dinero, porque los policías croatas que les han enviado de vuelta fuera de la UE se lo han quitado todo— con historias terribles. Poder descansar, aunque solo sea uno o dos días, poder redescubrir gestos cotidianos que creían haber olvidado (intercambiar una sonrisa, dormir, disfrutar de una comida decente…), todo esto es algo extraordinario para ellos. La generosidad y la empatía de las personas que viven en estos pueblos, a las que la directora retrata con modestia y cierta distancia, sin forzar la narración, recorre la película como una caricia.

La película avanza al compás de las estaciones, que se suceden inexorablemente, de manera que impone su propio ritmo al espectador al captar realidades que coexisten y se superponen como capas de polvo. En este sentido, el largometraje navega entre el pasado —que se palpa a través de las numerosas minas que todavía siguen bajo tierra tras la guerra, así como mediante los raros y sinceros relatos de los supervivientes— y el presente, tanto el de las personas que viven en estos pueblos como el de las que por azar han acabado allí, a pesar de no haberlo planeado ni deseado en ningún momento.

La rareza de las palabras que se dicen en la película no hace sino realzar su valor, como si cada una de ellas tuviera una importancia mayúscula. Esto es algo que también obliga al espectador a prestar aún más atención a aspectos de la película que a menudo quedan relegados a un segundo plano: ruidos y sonidos que se convierten en palabras (el diseño de sonido es obra de Jonathan Schorr). Como sugiere el título, es la furia de un paisaje a la vez magnífico, casi conmovedor e insidioso lo que la directora trata de captar, y lo hace a base de instarnos a pensar, aunque de manera pausada.

Entre la resignación ante un tipo de crueldad humana increíblemente difícil de comprender y la esperanza nacida de la capacidad de quienes viven en esta zona fronteriza de sentir empatía con personas que simplemente hacen lo que pueden para sobrevivir —tal y como les ocurrió a ellos en su día—, la película capta emociones y sensaciones que podrían perfectamente haberse desvanecido sin que nadie se diera cuenta.

The Landscape and the Fury es una producción de Beauvoir Films en coproducción con SRF Schweizer Radio und Fernsehen. Las ventas internacionales de la película corren a cargo de Taskovski Films.

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(Traducción del italiano)

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