Crítica: Aux jours qui viennent
por Fabien Lemercier
- Bastien Bouillon brilla con una luz oscura en un relato sobre el control, que mezcla el realismo psicológico y un suspense inquietante, que firma Nathalie Najem

“Es difícil quererle. Solo hay que procurar no quererle demasiado.” En un día a día donde la soledad es a menudo complicada de sobrellevar, tanto emocional como económicamente, la adicción a los sentimientos puede volverse extremadamente peligrosa. Si la persona amada actúa movida por intenciones retorcidas y por un malestar que irradia en forma de mentiras, deseo de control y manipulación, la espada de Damocles de la violencia acaba pudriendo la situación hasta convertirla en un callejón sin salida, como una jaula invisible de la que es vital —pero muy difícil— escapar. Este es precisamente el tema en torno al que gira Aux jours qui viennent, el primer largometraje como directora de Nathalie Najem, que se estrena en los cines franceses el miércoles 23 de julio, de la mano de Paname Distribution.
“No quiero mentirte, pero no te va a gustar.” Como ocurre con esta confesión de Joachim (Bastien Bouillon), un heroinómano aferrado a su novia Shirine (Alexia Chardard), que trabaja en Sicilia identificando a migrantes fallecidos en naufragios, el guion escrito por la propia cineasta no pretende enmascarar la atmósfera destructiva que rodea a un hombre que sabe explotar su seductora fragilidad. De hecho, hay otra mujer que conoce muy bien los peligros que ello conlleva, y no es otra que su anterior pareja, Laura (una muy convincente Zita Hanrot), que vive sola en Niza con Lou (Maya Hirsbein), la hija de ambos, de nueve años, esperando ansiosamente las llamadas de este antiguo amante cuyas múltiples facetas conoce demasiado bien y al que, por lo tanto, mantiene a distancia, pero con el que, sin embargo, comparte una hija.
Es a través del espejo de estas dos mujeres como se perfila el doble retrato del control emocional: un dominio presente, físico, aislante y amenazante que muy pronto se descontrola cuando Shirine huye y Joachim la persigue; mientras que, en el caso de Laura, pesa sobre ella la fuerte huella psicológica del pasado (en especial, la dificultad para confiar y rehacer su vida sentimental), que no tarda en encarnarse de nuevo (“¡Abre! ¡Querías que volviera, pues aquí estoy!”) con el regreso de Joachim a Niza, donde Shirine ha buscado refugio. Y en medio de todo esto, la pequeña Lou observa y escucha ese mundo convulso de los adultos, atrapados entre el miedo, las heridas y la ambivalencia derivada de denunciar a alguien a quien aún se quiere o se ha querido.
Al alternar entre secuencias íntimas y aceleraciones narrativas en clave de thriller realista, Nathalie Najem teje una red inquietante de acoso perverso, y lo hace evitando con maestría el maniqueísmo y navegando con sutileza entre la compasión y la condena hacia el autor de esa dominación. Se trata de una ambigüedad y una exploración de zonas grises que encuentran un vehículo ideal en la brillante interpretación de Bastien Bouillon, que desde su consagración con La noche del 12 [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Dominik Moll
ficha de la película] demuestra, película tras película, todo su potencial camaleónico. El actor, que cuenta con el fabuloso respaldo de las dos protagonistas femeninas y unos secundarios de gran nivel (Aurélien Gabrielli y Marianne Basler), otorga todo su oscuro fulgor a un personaje de fragilidad tóxica, así como a un primer largometraje que huye de los caminos fáciles y ahonda con sensibilidad y contención en el doloroso núcleo de su tema, dosificando así la tensión sin necesidad de convertirla en un barniz sensacionalista.
Aux jours qui viennent ha sido producida por 31 Juin Films, y las ventas internacionales de la película corren a cargo de Indie Sales.
(Traducción del francés)
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