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Italia - Presentación

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Cine italiano, un mercado "experimental"

Es un momento de grandes cambios para la industria cinematográfica italiana: debe adaptarse a las nuevas reglas del juego, dictadas por una ley lanzada hace un poco más de un año, y al mismo tiempo debe hacer las cuentas con la exigüidad de los recursos. Un período "experimental" en el cual las viejas mentalidades deben dar paso a nuevas lógicas de mercado.

A una rápida lectura de las cifras proporcionadas por la Anica (la asociación que reúne productores y distribuidores), la producción italiana no pierde terreno. Pero salta a los ojos que a bajar son las inversiones. En 2004, en efecto, se produjeron 96 películas con capital enteramente italiano, solamente dos menos con relación a 2003. Y aumentaron las coproducciones: de 19 a 38, de las cuales 15 mayoritarias. Al observar las inversiones, sin embargo, se nota una disminución de 17,7% sobre la inversión media por película, que desciende de alrededor de 2.5 millones de euros en 2003 a poco más de 2.1 millones el año pasado. En valores absolutos se trata de una disminución de la inversión global para el cine italiano de alrededor de 17 millones de euros, o sea un -5.73% que viene fuera casi completamente de la disminución del 13% de las contribuciones de estado, sustancialmente disminuidas. En descenso también el número de las películas financiados po rel Estado: fueron 57 en 2003, y 46 en 2004 (véase cuadros).

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Después de un 2004 pobre en fondos públicos, se mira hacia adelante: el Ministro de la Cultura que dio el nombre a la reforma de las financiaciones públicas, Giuliano Urbani, elevó la voz y obtuvo una asignación de casi 74 millones de euros para la producción cinematográfica. Este dinero deriva de Fus (Fondo Único para el Espectáculo) y considerando incluso los fondos extra-Fus, la suma a disposición para el cine en 2005 es de 91.6 millones.
La Ley Urbani - en busca de un equilibrio entre cine y mercado y rápidamente muy criticada por los operadores del sector - establece, por lo que se refiere a las financiaciones, que la cuota máxima financiable para una película de interés cultural nacional no puede sobrepasar el 50% (en vez de un 90% previsto por la anterior ley). El mecanismo del reference system indica una serie de parámetros y características que las casas de producción deberán tener para acceder a las financiaciones, entre las cuales la calidad de las películas precedentemente realizadas por el productor, la estabilidad de la actividad cinematográfica y la solidez de la empresa. El "reference" se articula en tres aspectos: el reference de las comisiones garantiza que éstas estén compuestas efectivamente de personalidades "excelentes" del mundo del cine; el reference de los productores debería garantizar la financiación privilegiada a productores sólidos y fiables y dar centralidad a la figura del productor; el reference artístico del proyecto debería reconocer una facilidad a los proyectos de películas compuestos por equipos de profesionales excelentes (realizador, guionistas, actores). En resumen, en paralelo a la tradicional lectura del guión, cada proyecto se evaluará incluso teniendo en cuenta el currículo del productor y del reparto.
Los títulos de las primeras películas financiadas según la nueva ley se anunciaron en marzo pasado: se trata de 9 películas reconocidas interés cultural, sobre las 20 horas que habían hecho una solicitud, y en consecuencia admitidas al apoyo publico.
El "filtro" del acceso al Fondo comporta básicamente una menor participación de las casas de producción a la solicitud de financiación de estado y en consecuencia de la reducción de proyectos para los cuales se piden los fondos de garantía. ¿Las películas producidas serán menos? Alguien calculó que, al sumar aquellas financiadas por el Estado a los producidas solamente por el mercado, no se llegaría a más de 50/60 película al año. Ciertamente este 50% a encontrar en el mercado para muchos constituirá un obstáculo, considerado lo que muchos llaman el monopolio productivo Medusa/Rai Cinema. En realidad en los últimos años se impusieron major como Warner y sólidas realidades Mikado Film y Filmauro, como que se hicieron un lugar en el mercado y aumentado las oportunidades. Y a continuación el reference system artistico es criticado por la Asociación de los productores y autores independientes (API), porque corre el riesgo de crear una especie de caza al artista más popular y premiado.
No obstante ,actualmente el limite mayor de la nueva ley se refiere al tax shelter,es decir, la no tasación de la parte de los útiles de empresa destinados a la producción de películas italianas. El Ministro Urbani había prometido aprobarlo el próximo año (lo dijo pocos días antes de ceder su sillón al colega Rocco Buttiglione). Es indudable que el mecanismo de facilidad fiscal favorecería el flujo de capitales privados en las empresas cinematográficas.
Pero esta nueva reglamentación está "en verificación". Es una ley que llama a decretos susceptibles de ajustes. Resulta evidente, por ejemplo, que asignar las financiaciones a las películas que obtuvieron un premio es un criterio demasiado restrictivo: se ampliará el campo también a películas que, aunque no habiendo recibido reconocimientos, entraron en las nominaciones de determinados premios.

Una de las innovaciones aportadas por la reforma de Urbani es el produce placement, es decir, la posibilidad de utilizar marcas comerciales dentro de la película, obteniendo en cambio ingresos publicitarios. Aunque no existe un catálogo de precios, de hecho el tipo de inversión que se establece es de cerca del 10% del presupuesto de la película. Es por esta razón también, la ley pide una inserción explicita, en los títulos, del nombre de las empresas que hicieron inversiones de comunicación dentro de la película. Es aún temprano para comprender si el mecanismo ha sido acogido por los productores y si las oportunidades han sido bien evaluadas por las empresas. Pero, según la agencia de publicidad y promoción Camelot de Milán, que ha evaluado una muestra de alrededor de 60 empresas, el produce placement ya contribuiría al 5-10% de la inversión total para la realización de la película. Los sectores que más se interesan son los de la telefonía, la moda y los objetos de amplio consumo. Ordenadores y bebidas intervienen solo si las películas tienen una distribución worldwide. Entre las películas que ya han usufructuado el nuevo sistema, está Quo vadis, baby? by Oscar-winner Gabriele Salvatores.

Una ayuda concreta al cine llegó incluso de un nuevo medio financiero, CineFund, presentado al fin del año pasado por Cinecittà Holding como "experiencia innovadora". Se trata de un nuevo fondo de inversión, que reúne recursos públicos y privados, y que se asciende a 50/70 millones de euros. El objetivo consiste en realizar de 30 a 40 financiaciones al año a producciones nacionales y a coproducciones internacionales en las cuales la parte italiana sea mayoritaria, con una inversión media de uno a dos millones de euros por título. Del presupuesto del cual se ha constituido CineFund, se pondrán 15 millones de euros a disposición de algunos patrocinadores, entre el cual aparecen la misma Cinecittà Holding, el Instituto Luce y la sociedad ministerial Arcus. Entre los inversores hay instituciones como fundaciones, cajas de ahorros y administraciones regionales.
Al final de 2004 de CineFund habían recogido recursos por un valor de 25 millones de euros, una cuota alcanzada a través de la adhesión del Istituto Credito sportivo, que se añadió a las otras sociedades participantes.

Las coproducciones internacionales son el futuro del cine europeo, el aumento de los costos lo imponen, pero no son muchos hoy los proyectos de verdad pensados para establecer partnership. No obstante los así llamados acuerdos de coproducción bilateral se han desarrollado en el tiempo y se mejoran constantemente. Algunas cosas cambian con relación al pasado.
Hoy las coproducciones "financieras" permiten distribuir los riesgos y los resultados positivos de la película entre distintas sociedades y países. Los acuerdos se amplían a todo el sector audiovisual (tv, cortometrajes, documentales) y recientemente se redujeron las cuotas menores de participación para animar las sociedades italianas a integrar los fondos públicos con los recursos de coproducción.

Actualmente los Países con los cuales Italia firmó acuerdos de coproducción bilateral son 26: Argelia, Argentina, Australia, Austria, Bélgica Brasil, Bulgaria, Canadá, Rep. Checa, China, Francia, Alemania, Inglaterra-Irlanda, Israel, Ex- Yugoslavia, Marruecos, México, Rumania, Rusia, España, Suecia, Suiza, Sudáfrica, Túnez, Hungría, Venezuela. En definición hay un acuerdo con la India. Los parámetros de las cuotas de participación coproductiva varían de un mínimo del 20% a un máximo del 80%, excepto los casos de Francia (5-10%), Marruecos (30%) y Suiza (30%). La derogación a estos parámetros puede establecerse con decreto del Ministerio.
Las negociaciones para coproducciones con países que no firmaron acuerdos con Italia pueden regularse por el Convenio europeo a la Coproducción de 1992, o por el Instituto de Coparticipación Internacional.

Cada acuerdo establece criterios, vínculos y beneficios (uno de éstos, por ejemplo, es la atribución de la nacionalidad de la película por parte de cada Estado coproductor), por el cual tendremos acuerdos más restrictivos que otros. Las colaboraciones más activas actualmente son con Francia, el Reino Unido, España y Alemania, pero Italia empieza coproducciones con países del este, africanos y asiáticos.

Importantes en este marco son las alianzas para favorecer las coproducciones que van bajo el nombre de "Red de las Regiones capitales". El Lazio firmó recientemente tres muy importantes con socios franceses, españoles y alemanes (vea articulo sobre Lazio Film Commission).

A Italia le falta por el momento el sistema capilar de fondos regionales, que ayudó tanto al cine francés. Pero del 2003 Italia tiene su primer Film Fund, el de la Friuli Venezia Giulia Film Commission, dotada de una financiación de 300.000 euro anuales que prevé contribuciones a las producciones audiovisuales que eligen como plató el Friuli Venezia Giulia (leer articulo). En su tercer año de vida, este fondo regional pionero puede considerarse un ejemplo que debe imitarse para desarrollar en el territorio la presencia de producciones audiovisuales y controlar la recaída económica que estas producciones ocasionan al tejido comercial del área interesado. Pero algo se está moviendo. Justo en estas semanas, en Puglia ha nacido otra pequeña realidad, el Salento Film Fund. Y en el pasado marzo se anunció la creación de un fondo regional para el cine también por parte de la Región Lazio. El cambio en los vértices después de las elecciones regionales obviamente retrasado la iniciativa.

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