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FESTIVALES Suiza

Frédéric Maire dirige el Festival de Locarno

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El critico de cine suizo Frédéric Maire fue elegido por unanimidad para suceder la también critica de cine italiana Irene Bignardi en la dirección artística del Festival Internacional de Cine de Locarno. Eso lo anunció Marco Solari, presidente del festival, el último 14 de agosto, poniendo así un punto al suspense que marcó la 58ª edición del certamen.

Con 44 anos, francófono de lengua materna italiana, el nuevo director entró en el mundo del cine aun adolescente dirigiendo cortometrajes de ficción, mientras seguía estudiando Letras y Ciencias Políticas. Llegó al Festival de Locarno a los 17 años para presidir al jurado joven, del cual seria después secretario. En 1990 asume la responsabilidad de la redacción del Pardo News, órgano del Festival, y en 1992 del catalogo del certamen. Desde 1993 que Frédéric Maire se dedica esencialmente a La Linterna Mágica, cine-clube exitoso que ha creado y que codirige, destinado a animar en los niños el gusto por el cine. Implantado en 68 localidades suizas (225.000 espectadores en 2004!), en Francia, en Italia, en Alemania, en España y en Rumania, la Linterna Mágica emplea más de 20 personas, dispone de una red de 600 colaboradores y de un presupuesto de casi un millón de euros. Entre 2000 y 2004, Maire fue también miembro de la comisión de expertos de la Fundación Montecinemaverita de Lugano, que ha apoyado numerosas películas del leste y del sur premiadas en los grandes festivales.

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Nominado a la dirección artística del festival por un periodo de por lo menos tres años, Frédéric Maire tendrá mucho trabajo, pero se puede apostar que este cinéfilo de competencias eclécticas, y dotado de un sentido de diplomacia innato, dará un nuevo impulso al festival. Como lo ha mencionado la prensa internacional, la programación de las últimas ediciones ha diluido la identidad del evento. Mientras que los grandes títulos inéditos son cada vez más raros en la Piazza Grande, las secciones paralelas se ha multiplicado y la orientación hacía los derechos humanos introducida por Irene Bignardi fue particularmente contestada.

Desde su ascensión a Festival de categoría A, la posición de Locarno, entre Cannes y Venecia, no es seguramente de las más confortables porque las obras más prestigiadas son seducidas por los dos festivales rivales. Pero la reputación cinéfila de Locarno, instaurada sobretodo por David Streiff y Marco Müller, además de la magia de la Piazza Grande, que puede acoger a más de 8000 espectadores bajo las estrellas, son triunfos que Frédéric Maire puede seguramente utilizar. Por ahora, las declaraciones del nuevo director sugieren prudencia: "Primero hay que construir un dialogo constructivo con las personas directamente ligadas a la programación como Tiziana Finzi (Cinéastes du présent, Compétition vidéo), Chicca Bergonzi (Léopards de demain), Nadia Dresti (Industry Office), pero también con el Comité administrativo para definir las prioridades del festival para los próximos años. Locarno es antes de todo un festival internacional, pero es también un evento suizo. Tiene que ser una vitrina de la creación mundial para los suizos, pero también el inverso: eso me parece fundamental". Frédéric Maire, que empieza oficialmente sus funciones el primer octubre desvendará la nueva tonalidad de Locarno en agosto de 2006 en la 59ª edición del festival.

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(Traducción del francés)

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