03/09/2005

Desciende una nieve silenciosa en el monasterio de la Grande Chartreuse en Grenoble. Al interior de los muros, gestos lentos, plegarias dichas en voz baja que suben al cielo buscando el camino que lleva a Dios. "Quien no renuncia a todas las cosas terrenales no puede ser mi discípulo" decía Jesucristo, y si la renuncia más difícil para estos hombres fuera justamente la palabra?

Philip Groning, realizador de documentales con una gran experiencia nacido en Dusselforf en 1959 y crecido entre Alemania y Estados Unidos, pensaba girar Die grosse Stille ("Into Great Silence") ya desde 1984. Con un esfuerzo personal productivo, y la ayuda de Bavaria Film y la suiza Ventura Films, ha realizado este extraordinario documental sobre la vida de claustro, sobre el extremismo de una elección que transporta fuera del mundo y del tiempo.
El tiempo es fundamental par Groning:"El elemento principal en mi trabajo es lograr intervenir en el ritmo de la mirada del espectador, o sea en el tiempo y por toda la duración que uno permanece sentado delante de la pantalla. Siempre me ha fascinado hacer algo en lo cual la lengua hablada no tiene ningún rol y donde al final es el ritmo que se vuelve protagonista principal.

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(Traducción del italiano)