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VENECIA 2005 Venice Days

¿Esperando a Godot?

por 

Attente, de Rashid Masharawi, película franco-palestina producida por Silkroad y vendida por Les Films du Losange, fue apreciada por numerosos distribuidores en la presentación en Venecia en el marco de las Jornadas de los Autores/Venice-Days. Al presentarnos la historia de un escenarista palestino cansado de su país que acepta sin embargo entrevistar actores para el Teatro Nacional de Palestina y parte para Jordania, Siria y el Líbano en compañía de un presentadora de televisión y su cameraman , Rashid Masharawi nos permite aprender aún más sobre la vida diaria de los palestinos, con una ternura y una ironía totalmente refrescantes. Waiting es un road movie absurdo, como lo indican desde el principio los diálogos graciosos: en efecto, “un Estado sin Teatro Nacional” no tiene sentido, al menos no más que “un Teatro Nacional sin Estado”.

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Además, en cada campo de refugiados, el equipo del reparto se da cuenta de que la gente que espera para las entrevistas está allí menos para ser contratada como actores que para intentar comunicar con miembros de su familia cuyas noticias esperan desde hace años. De hecho, el escenarista decide hacerlos actuar sobre ese tema y “esperar” delante de la cámara, lo que los candidatos son incapaces de hacer, ya que tienen necesidad de ser“dirigidos”, como destaca uno ellos. La inepcia que consiste en esperar algo de no definido es por otra parte puesta de relieve por las media frases que la presentadora repite para las pruebas de sonido: “Arafat anuncia que se preparan mejoras…, el Gobierno israelí es optimista en cuanto a la posibilidad de un compromiso…”

En Attente, a través de este “Teatro Nacional”, es la propia Palestina que es presentada como una seductora utopía. Fuera de Palestina, el recuerdo no es ya que una proyección, una representación idealizada. Además, los refugiados en Jordania y los del Líbano no tienen ya la misma vida y ni siquiera la misma historia, puesto que los primeros se instalaron en Jordania en 1967 y se integraron , mientras que los palestinos que viven en el Líbano esperan desde 1948 y, como lo claman al final están “siempre allí”. En estas palabras, como en toda la película, Masharawi destaca las ilusiones profundas del pueblo palestino conservando al mismo tiempo una nota de esperanza. Como una pequeña libanesa lo dice al final, "I have a dream..."

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(Traducción del francés)

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