28/09/2005

Definitivamente, el final es cercano, en Bélgica, que tres películas, cada una a su manera, parecen predecir en el mismo momento. Después de la película de Yvan Le Moine Vendredi ou un autre jour presentada ayer en el Festival Internacional de Cine de Namur que cuenta la lucha de un hombre forzado por su aislamiento extremo a pensar su cultura, antes de la película de cierre de este viernes, Bunker Paradise [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Stefan Liberski
ficha de la película] de Stefan Liberski, que pone en escena a la manera de la parábola, la decadencia de una juventud rica, destinada a la infelicidad que trae el dinero , hete aquí el primer largometraje de ficción de Inès Rabadán, presentado aquí, trata a su vez el tema de la lucha de la clase sobre un modo de la fábula bucólica y cruel.

Carl (Emmanuel Salinger) va a visitar un hotel de tres estrellas que desea comprar. En su viaje y estancia tiene algunos contratiempos, insignificantes acontecimientos que hacen que "no funcione!". Esta salida de la carretera lo hace sentir desubicado y él solo puede predecir el sentido. A la imagen de su título que canta e ironiza, Belhorizon está lleno de una falsa suavidad bucólica, tenso de una extrema violencia contenida y que, no encontrando de verdad espacio para exprimirse, terminará por una implosión. Llevada por un conjunto de actores muy vivos, un Salinger a la cuarentena canosa y melancólica, y una joven comediante Ilona del Marle con una expresión testaruda y fuerte , la película enfrenta este grupo de amigos muy ricos a esta joven aburrida en el fondo de su hotel de campaña. Este ballet de vagabundeos un poco aburrido de los ricos que fanfarronean, con la arrogancia de aquellos a quienes todo se les debe, encuentra en Esméralda y sus humildes padres españoles a ejercer su pequeño juego sádico e inútil en el cual ya ni siquiera creen .

La película de Rabadán, además de su tema, guiña a Buñuel con una buena escena onírica y planos surrealistas. Se encuentra también una languidez que chirría y destaca aquí la transmisión entre generaciones de un odio imposible a expirar. Inès Rabadán se explica así: "Me parece que hay algo, a la vez fascinante y cruel, en esta verdad de que venimos infinitamente de allí de dónde venimos. Sueño con un mundo donde eso desaparece, y como es el contrario de lo que se vive, no puedo hablar sino de eso. En realidad es la única cosa que me interesa."

Belhorizon, producido por Denis Delcampe para Need Productions con la Bélgica flamenca de Lumière Producties es coproducida con Francia (OF2B Production), Suiza (PCT Cinéma & Télévision) y Luxemburgo (Tarantula). Vendido internacionalmente por Celluloïd Dreams, será distribuido por Lumière en Bélgica en una fecha aún indeterminada.

(Traducción del francés)