24/11/2006

Alivio, sorpresa y, en alguna ocasión, ira fueron las distintas reacciones de los profesionales británicos tras la aprobación ayer, por la Comisión Europea, del nuevo proyecto británico sobre los impuestos sobre el cine tras la revisión de su Test Cultural. “Es una buena noticia en el sentido de que ahora tenemos algo con lo que trabajar y la situación fiscal ya no está en un limbo”, dijo Michael Kuhn (Qwerty Films). Tim Willis, Director de Cine para la PACT, la principal asociación británica de productores, comento además: “Para algunos, es un alivio que los incentivos fiscales sean ahora una realidad. El nuevo sistema proporciona potencialmente una piedra angular real para establecer las condiciones para un sector de producción sostenible”. El cuerpo de comercio también recibió positivamente los acuerdos de transición anunciados por el Gobierno en la mañana de ayer, dando indicaciones más claras de cómo podrán (o no) acceder los productores a los incentivos fiscales hasta la aprobación final del nuevo proyecto por el Parlamento británico a finales de año y su aplicación a partir del 1 de enero de 2007.

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La primera buena noticia para todo el mundo es que la actual Sección 42 de los incentivos fiscales ha sido ampliada hasta finales de año. Ahora, también podrán gozar de ella las películas que empezaron a rodarse antes del 1 de enero de 2007 y que estén completa antes de esa fecha (siempre que cumplan las condiciones pertinentes), así como las inacabadas para la fecha pero que no lograron pasar el nuevo test cultural.

Las coproducciones británicas (incluyendo todas aquéllas realizadas bajo la Convención Europea) podrán gozar de la nueva desgravación fiscal sobre el cine tal y como definió el proyecto de ley financiera el pasado abril (el 20% de los créditos fiscales a películas con un presupuesto por debajo de 20 millones de libras y un 16% si el presupuesto pasa de esta cantidad), siempre que cumplan las condiciones pertinentes (incluyendo un mínimo del 25% de los gastos en Reino Unido). Sin embargo, las coproducciones no calificadas como europeas tendrán que pasar el Test Cultural revisado, totalmente distinto a su versión original, un tema que ha provocado sorpresa, e incluso ira, entre los profesionales británicos del cine.

(Traducción del inglés)