04/09/2007

Mientras que los grupos UGC y MK2 van a oficializar esta mañana su unión en relación a las tarjetas de acceso ilimitado a las salas de cine, el tema sigue agitando a los profesionales del Séptimo Arte galo (leer el artículo). Después de años de oscurecimiento total, la cuestión del precio del billete se manifiesta nuevamente con fuerza. El Bureau de Liaison des Organisations du Cinéma (Bloc), copresidido por el productor Jean-François Lepetit y el cineasta Pierre Salvadori, llamó ayer al Centro Nacional de la Cinematografía (CNC) reclamando una verdadera transparencia en la materia tras haber expresado su inquietud a finales de julio sobre la nueva alianza UGC - MK2 “que autoriza a dos grupos de explotación a construir una oferta comercial común que agrupa más de dos tercios de las salas parisienses, y margina así las salas independientes ya debilitadas. “

Según el Bloc, que reúne, en particular, a la Asociación Productores de Cine, Distribuidores Independientes Reunidos Europeos, Sindicato de Productores Independientes, Unión de Productores de Películas y a la Sociedad de Realizadores de Filmes, el precio medio del billete aumentó un 10% de 2000 a 2006 (de 5,39 € a 5,94 €) y el de las tarjetas ilimitadas (UGC y el Pass), un 32% , a 19,8 euros, mientras que la base de remuneración de los beneficiarios de las entradas procedente de las tarjetas ilimitadas (que sirve también para alimentar la cuenta de apoyo administrada por el CNC) se estanca en 5,03€ y debe, por lo tanto, ser reevaluada.

Reconociendo el interés de las fórmulas de suscripción ilimitada que son autorizadas por el CNC, el Bloc destaca que “nada justifica que sean las únicas que escapen a la transparencia que caracteriza al sistema francés". Pide, en consecuencia, que se haga pública toda la información relativa a las tarjetas (en particular su número y el de los lugares entregados mediante estas fórmulas, cifras actualmente desconocidas) con el fin de poder medir su impacto en los estrenos. Por otra parte, productores y distribuidores recuerdan que sus remuneraciones proceden de la división de los ingresos de las taquillas, mientras que la evolución de la explotación se basa en el crecimiento de los ingresos adjuntos que escapan a toda redistribución (en particular, a la cuenta de apoyo del CNC). Así, los distribuidores gastan de 54 millones de euros en adelante para la promoción de las películas en las salas, lo que representa 20 veces más desde 1998, sin embargo, los beneficios de las pequeñas tiendas dentro de los cines permanecen en secreto absoluto.

Mientras que el CNC ha anunciado este verano el lanzamiento de un estudio sobre la realidad del funcionamiento de las tarjetas de acceso pliego de condiciones e insiste sobre el hecho de que los poderes públicos deben "impedir en el futuro que el exhibidor utilice su fuerza económica para fijar unilateralmente los ingresos del resto del sector."

(Traducción del francés)