05/09/2007

En una pequeña e idílica ciudad alemana, el joven Rico (Frederick Lau) se ve intimidado por Robert, la estrella del equipo de natación de su instituto, que muere envenenado con un dulce. ¿Fue asesinato? ¿Una reacción alérgica? ¿Por qué el director del instituto tiene miedo de la investigación policial? ¿Qué esconde el profesor de arte, Martin (August Dile), en su casa?

Head Under Water (Der Freischwimmer), de Andreas Kleinert, proyectada en Venice Days-Jornada de los Autores, parece al principio la típica película americana de institutos antes de que “la hsitoria se vuelva negra y kafkaiana, transformándose lentamente en una historia europea que entrelaza varios géneros”, dice el director.

A medida que se van cometiendo más asesinatos, parece claro que la paz de esta pequeña ciudad se convertirá en uno de los temas principales de la película. Sin su audífono, Rico está prácticamente sordo; cuando se lo quita sólo oímos los leves sonidos que él oye. Martin, a su vez, está trabajando en un proyecto de arte secreto que ni su novia puede saber. Dos extraños que buscan el silencio de una sociedad que no los acepta, por lo que se convierten en sospechosos de los crímenes.

Bajo el cielo soleado de “cualquier ciudad”, el inquietante clímax de la película se revela casi al final, y sólo se sacrifica al único personaje bueno. Según el director, el mayor mensaje de la película es que “no se puede sobrevivir si se es bueno en este mundo. Todo el mundo tiene un lado oscuro que no revela por las convenciones sociales, por lo que en la vida se acaba por comprometer ciertas partes del alma para adaptarse”.

Head Under Water ha sido producida con 1,5 millón de euros (aunque el director esperaba doblar esa cantidad) por Futura Films Weltvertrieb y Typhoon Films, con el apoyo de WDR y el Filmstiftung Nordrhein-Westfalen. Kinowelt se encarga de las ventas internacionales.

(Traducción del inglés)