08/01/2008

El Premio Nobel de medicina James Watson, que afirmó hace pocos meses que la inteligencia de los negros africanos es menor que la de los blancos, debería ver la nueva película de la realizadora italiana Cristina Comencini, Bianco e Nero [+lee también:
tráiler
ficha de la película]. Los prejuicios raciales son el tema principal de esta comedia ligera, una especie de Adivina quien viene esta noche italiana, versión 2008.

Producida por Cattleya y Rai Cinema, la cinta llega a las salas italianas el próximo viernes con 250 copias, gracias a la distribución de 01. El argumento narra las vicisitudes de un joven informático (Fabio Volo) que, a pesar de estar casado con una cooperante (Ambra Angiolini) de una organización humanitaria de ayuda a África, se enamora de una senegalesa guapa y rebelde (Aïssa Maïga), esposa a su vez de un intelectual (Eriq Ebouaney) que colabora con la misma organización humanitaria.

“Quería jugar con los prejuicios que están dentro de nosotros”, explica la directora, “pero al principio pensábamos que hacer una comedia sobre ello podía resultar peligroso, complejo y políticamente incorrecto. De hecho, todas las parejas mixtas que conozco, de Ruanda, el Congo o Senegal, se toman los prejuicios con mucha ironía, sin dramatizar. Y por ello hemos decidido no hacer un drama, porque creemos que es imposible llegar a la verdad sin una dosis de superficialidad”.

Sin embargo, la película retrata un mundo burgués e hipócrita, con recepciones en las embajadas y africanos con 10 tarjetas de crédito. Los marginados de verdad por el color de su piel aparecen sólo fugazmente. A pesar de ello, la cinta cuenta con el patrocinio de AMREF (African Medical and Research Foundation), lo cual certifica las buenas intenciones de la realizadora y de las guionistas Giulia Calanda y Maddalena Ravigli.

Comencini denuncia además la existencia de racismo dentro de la industria cinematográfica: “No hemos conseguido encontrar ningún patrocinador para los actores de color. Normalmente, en películas de este tipo, todos los personajes principales suelen ser vestidos por alguna marca. Pero ellos no. Y eso que la publicidad utiliza frecuentemente mujeres negras para sus anuncios. Eso sí, como símbolo erótico y objeto sexual”. Poco después, llega la respuesta de Marina Marzotto, directora de Propaganda GEM, una de las empresas líderes en el ámbito del product placement: “No se trata de una cuestión de color de piel, sino de fama. En Francia o en EE.UU., hay actores negros famosos, mientras que en Italia no”.

(Traducción del italiano)