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PELÍCULAS / CRÍTICAS

Los Crímenes de Oxford

por 

- Asesinatos enigmáticos y una investigación de matemáticos que oscilan entre la lógica y la pasión. Un thriller frío del español Álex de la Iglesia con Elijah Wood y John Hurt

El joven estudiante Martín (interpretado por Elijah Wood) llega a Oxford, rebosante de ilusión, con el propósito de conocer a su admirado Arthur Seldom (John Hurt), un eminente matemático, y trabajar junto a él. Para ello se aloja en casa de miss Eagleton, vieja amiga personal del profesor. Pero al poco tiempo y cuando el joven estudiante, desilusionado tras su primer encontronazo con Seldom, se dispone a abandonar la ciudad, la anciana aparece muerta, estrangulada. Éste es el comienzo de una serie de crímenes que parecen tener un nexo común: un asesino en serie que deja pistas y difíciles símbolos por descifrar. Ante tales circunstancias, ya que ellos mismos son sospechosos, alumno y maestro tendrán que sumar finalmente sus fuerzas y dispares talentos para desentrañar el misterio, rivalizando además entre ellos por el afecto de una guapa enfermera (Leonor Watling).

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Tornasol Films S.A., la productora que preside Gerardo Herrero, ha llevado a buen puerto una ambiciosa empresa de ocho millones de euros de presupuesto que aglutina varios talentos europeos : españoles, franceses e ingleses. El resultado final es una película inteligente, lujosa y entretenida, Los crímenes de Oxford, film de género asignado a Álex de la Iglesia, aclamado y taquillero director de, entre otras, El día de la bestia, La comunidad, Muertos de risa, 800 balas y Crimen Ferpecto. El director vasco coescribió la adaptación al cine con su habitual coguionista, Jorge Guerricaechevarría, e hizo suyo hasta la médula este thriller de asesinatos bajo el signo de cábalas, logaritmos y enigmas que se van enunciando ante los ojos y oídos de los desconcertados personajes y del no menos sorprendido espectador. Argumentalmente también suponía un nuevo reto en su carrera: un giro radical para un cineasta vinculado habitualmente a la comedia negra, adaptando a imágenes una novela que plantea asuntos tan sesudos como el destino, las casualidades, el sentimiento de culpa, la causa de los hechos fundamentales de nuestras vidas y la lucha fratricida que, con demasiada frecuencia, se entabla entre nuestros cerebro y corazón.

Derrochando madurez narrativa y un dominio en el uso de la cámara que huye del estatismo de este tipo de películas con sobredosis de diálogo, De la Iglesia ha contado con una producción digna de un film de Hollywood y un elenco envidiable: el inglés John Hurt aporta al personaje del profesor Seldom hondura psicológica con su sobrecogedora presencia, deja entrever un pasado tortuoso en cada pliegue de su rostro curtido en mil batallas y transmite emoción a raudales con su grandiosa voz; la española Leonor Watling añade el contrapunto emocional, carnal y terrenal a una intriga triangular y cerebral que llega a rozar lo enfermizo y autodestructivo.

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