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INDUSTRIA Italia / República Checa

El cine checo, protagonista de los European Days de Turín

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“Diez millones de habitantes y una media de 25 largometrajes al año”. Ésta es la tarjeta de visita de la industria cinematográfica de la República Checa, invitado de honor durante estos días a los European Days de Turín. Los datos, anunciados para la ocasión por Olga Raitoralova (Departamento de Media y Audiovisual del Ministerio de Cultura checo), muestran una situación en crecimiento, gracias también a “un Programma MEDIA muy activo y al Fondo Estatal que este año con 12 millones de euros ha apoyado no sólo la producción sino también el desarrollo de guiones y las inversiones en nuevas tecnologías”.

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Pero no por ello faltan los problemas, empezando por la dificultad para penetrar en el mercado internacional, “aunque son los mismos que tienen el resto de países europeos, sobre todo a causa de las superproducciones estadounidenses”, ha explicado Milan Cieslar, director (la muy premiada Proyecto Lebensborn , 2000) y productor con su compañía Happy Celluloid. El nuevo proyecto de su sociedad es The Rain Fairy y está inspirado en una novela del siglo XIX. Cieslar ha ideado una producción a lo grande, como “una película de aventuras con un mensaje ético y ecológico, con efectos especiales vanguardistas. Me niego a producirlo con un presupuesto reducido, prefiero hacerlo a escala europea”.

¿Son entonces las coproducciones el futuro (también) del cine checo? “Seguramente hay una gran tendencia a buscar socios independientes en el extranjero, sobre todo si se necesitan fondos consistentes”, explica Barbora Kinkalova, de První Verejnoprávní, una compañía de producción tradicionalmente “autárquica” (entre sus últimas producciones, ...a bude hur (It Gonna Get Worse), rodado en 16mm con 150.000 euros de presupuesto y presentado con gran éxito en la Berlinale) que este año se ha abierto a la aportación de capital polaco para Karamazovi (The Karamazov Brothers) [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, de Petr Zelenka.

Los aliados más fiables de los productores checos siguen siendo sus homólogos eslovacos. El presidente de la Slovak Association of AV Producers, Marian Urban (ALEF Film & Media Group), es un experto en la materia. En doce años ha realizado diez largometrajes. Como muchos otros, también su último Pluto/Malé Oslavy (Small Celebrations), de Zdenek Tyc, ha contado con la aportación de la República Checa (Czech Television y Filmove Ateliery Zlìn), además de la italiana Carlo D’Ursi Produzioni.

Un capítulo aparte se merece la nueva vitalidad mostrada por el cine de animación, como confirma el productor Martin Vandas: su compañía MAUR Film es una de las herederas de una de las escuelas más admiradas e influyentes del mundo. “Desde el 2002, cada año se estrena una película de animación checa en el cine y se está trabajando asimismo en un proyecto en 3D”, ha explicado Vandas, que mientras tanto busca coproductores, sobre todo en Italia y el Reino Unido, para su nuevo proyecto, basado en un cuento de Andersen y ambientado en la actual Hamburgo.

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(Traducción del italiano)

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