Dulce éxito

por Annika Pham

08/10/2002 - A pesar de estar prohibida a menores de 18 años, en los primeros tres días en cartelera Sweet Sixteen copa las taquillas británicas, marcando un récord en la larga carrera de Ken Loach

El estreno el fin de semana pasado en Gran Bretaña de Sweet Sixteen (Dulces dieciséis) ha sido, según la productora Rebecca O’Brien, el mayor éxito de estreno que haya obtenido nunca una película de Ken Loach. La distribuidora Icon Film ha colocado Sweet Sixteen en 66 cines británicos, consiguiendo en los tres días del primer fin de semana en cartelera un resultado de taquilla que alcanza 144.000 libras esterlinas (216.000 euros).
Incluso en Escocia, en donde transcurre la historia, ha aumentado el promedio de ingresos obtenidos por las películas de Loach. Sweet Sixteen, proyectada en 15 pantallas ha recaudado 3.659 libras (poco menos de seis mil euros). Aunque está encantada con el trabajo del distribuidor y con los resultados en taquilla, Rebecca O’Brien confiesa en una entrevista a Cineuropa que la película de Ken Loach “hubiera ido mucho mejor si el British Board of Film Classification (organismo británico de censura cinematográfica) no hubiese prohibido Sweet Sixteen a los menores de dieciocho años. “La decisión del BBFC – explica O’Brien - es absurda. Se basa sencillamente en el uso de una “palabrota” que, guste o no, forma parte del lenguaje corriente de todos los chicos de clase trabajadora, incluso de los que tienen menos de diez años”.
“La prohibición a menores de dieciocho años – añade Rebecca O’Brien - impide que la película sea vista por una buena parte del público, la de los chicos de 15 a 18 años”. El grato resultado en las taquillas británicas, a pesar de su prohibición a menores de 18 años, no deja de ser una magnífica noticia para Ken Loach, que generalmente obtiene mayores éxitos en países como Francia y España que en casa.
Sweet Sixteen, vencedora del premio al mejor guión en la última edición del Festival de Cannes, será presentada por The Works, la empresa que se encarga de venderla al extranjero, en el MIFED a los distribuidores de los pocos países que aún no compran la película.