08/04/2009

Esta Semana Santa la cartelera belga contará con un dispar trío de películas europeas. De cara a las vacaciones, Paradiso estrena Corazón de tinta [+lee también:
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ficha de la película], del inglés Ian Softley, una película fantástica de aventuras en la que una familia se las verá con una banda de peligrosos personajes salidos de un cuento. Esta coproducción de la estadounidense New Line y la alemana Internationale Filmproduktion Blackbird Dritte, es la adaptación del primer tomo de una trilogía alemana, por lo que tendremos una franquicia fantástica a la vista si consigue seducir al público más joven a nivel internacional.

Los franceses no se quedan atrás y presentan La Première Etoile [+lee también:
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ficha de la película], de Lucien Jean-Baptiste, que aterriza en Bélgica precedida del éxito de crítica y público en el país galo con cerca de 500.000 espectadores en su primera semana. Con estos resultados en mente, Les Films de l’Elysée la estrena hoy con 11 copias en Valonia y Bruselas.

Michelle Pfeiffer se vuelve a poner el corsé veinte años después de Las amistades peligrosas y se enreda en la eloquente prosa de Colette en Chéri [+lee también:
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entrevista: Stephen Frears
ficha de la película], octava adaptación literaria del director inglés. Para no correr riesgos, Frears ha elegido a un valor consagrado en el mundo de la adaptación cinematográfica, Christopher Hampton, con el que ya trabajó en Las amistades peligrosas y autor de las recientes Expiación - Más allá de la pasión [+lee también:
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ficha de la película], y de Coco avant Chanel, de Anne Fontaine, que se estrenará en la sede de la Unión Europea dentro de dos semanas. Chéri [+lee también:
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ficha de la película], que fue presentada en competición en la última edición de la Berlinale, llega a Bélgica con 20 copias en Valonia y otras 20 en Flandes, un privilegio reservado al cine norteamericano y a los grandes autores europeos.

Mientras tanto, Katanga Business, del director de documentales belga Thierry Michel, que se estrenó la semana pasada, parece atraer un buen número de curiosos. Acompañado de una gran campaña de promoción y de la consiguiente cobertura mediática, la película tendrá que superar los 20.000 espectadores si quiere mejorar los resultados de la última cinta de Michel, Congo River [+lee también:
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ficha de la película]. Esto es una muestra del buen momento que atraviesan los documentales belgas, ya que, con más o menos éxito, por lo menos consiguen estrenarse en los cines.

(Traducción del francés)