por Federico Greco
y Paolo Menzione

Una inmensa multitud, ordenada y silenciosa, ha hecho cola para rendir homenaje a los restos de Alberto Sordi. Por el Campidoglio, donde ayer a las 17.30 se abrió la capilla ardiente, han pasado unas 80.000 personas. La peregrinación continuó durante toda la noche y seguirá hasta mañana: la cita es en la basílica de San Giovanni, lugar en donde tendrá lugar el el funeral. El actor, fallecido ayer por la noche en Roma en un casa cercana a las termas de Caracalla, fue durante más de cincuenta años el intérprete que mejor reflejó en la gran pantalla los vicios y virtudes del italiano medio desde la última posguerra hasta nuestros días. Sordi tenía 82 años y desde hace tiempo luchaba contra una grave enfermedad.
Apenas la agencia ANSA dio a conocer la noticia (a las 8.59), empezaron las reacciones, llamadas telefónicas y declaraciones oficiales del mundo del espectáculo y de los más altos puestos institucionales italianos, pero también de todo tipo de personas. Muchos romanos, junto con periodistas y fotógrafos, se dieron cita frente a la verja de la casa del actor para depositar mensajes y flores, casi todos envueltos con cintas rojas y amarillas, los colores de su amada Roma.
El primero en hablar fue el alcalde de Roma, Walter Veltroni, amigo y admirador: “Es un gran dolor para la ciudad y para todo el país”. El presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, recordó el carácter italiano de Sordi, “una de las figuras más representativas del siglo XX en Italia”, añadiendo que “interpretó los sentimientos de los italianos, sobre todo en los momentos más difíciles y duros”. Conmoción profunda en casa de Nino Manfredi: “Hemos hecho tanto camino juntos que no sabíamos si éramos amigos, compañeros o parte indisoluble de una memoria italiana que durante tantos años se identificó con la comedia popular”. Para , que lo dirigió en tantas películas memorables como La gran guerra o Un burgués pequeño pequeño “fue el actor más grande”. Para Carlo Verdone, considerado por muchos su heredero, “Alberto Sordi, como ningún otro, representó y entendió la historia italiana de los últimos cuarenta años”.
Y entre los muchos conmovidos homenajes al Albertone nacional no faltan las voces discordantes. Según el político de la Liga Lombarda, Francesco Speroni, “Sordi no es un actor que simbolice a todos los italianos. Representa una realidad local, la cultura romana”. Mientras, está previsto ya que miles de personas rindan homenaje al actor. La capilla ardiente se instalará esta tarde a las 17.30 en el Campidoglio, sede del ayuntamiento romano. Los funerales, previstos en un primer momento en Santa María del Popolo, han sido trasladados a la basílica de San Giovanni para permitir que un mayor número de personas se despidan de Alberto Sordi. La cita es el jueves por la mañana a las 10.00.