El director francés Christophe Loizillon presentó su última película, Ma caméra et moi (2001) durante el Festival Internacional de Nuevo Cine de Pésaro en 2003, en la sección de cine francés contemporáneo de vanguardia.
Inspirándose en el éxito de las mini-videocámaras, la película refleja la obsesión que tiene la gente con las imágenes. En un principio, el director quería que el protagonista de la película fuera precisamente una cámara. Su intención era seguir a la cámara desde su montaje en la fábrica y a través de los usos que le iban dando. Sin embargo, por razones narrativas, el guión tuvo que cambiar y hubo que elegir a un protagonista de carne y hueso, un joven que empieza a grabar imágenes cotidianas y que sigue haciéndolo durante treinta años.
Tal y como el director comenta en la entrevista, esta película tenía muy poco presupuesto y fue financiada por Canal + y Acid (la empresa de cine independiente creada en 1992 por Loizillon y varios compañeros de profesión).
También recibió un adelanto de ingresos en taquilla, una suma de dinero que la película ingresa en relación a la cantidad de espectadores que se espera que tenga en las salas francesas. Si bien es cierto que Ma caméra et moi tuvo más éxito en los festivales que en las taquillas.

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por Federico Greco