Tras dos décadas viviendo en Beijing, donde se mudó para que su hijo fuera a la universidad, Zhigen decide que es hora de cumplir la promesa que antes de morir le hizo a su mujer y volver a su pueblo natal, en una largo viaje por la China rural del suroeste, llevando con él al pájaro que mantiene como fiel acompañante. Lo que el viejo no espera es que también debe cargar con su pequeña nieta Renxing, acostumbrada a una vida materialista y de lujo que le han dado sus padres, y que choca radicalmente con el estilo de vida de Zhigen.