White Epilepsy narraba el encuentro entre un hombre y una mujer, o más bien entre dos figuras arcaícas surgidas del fondo de la noche y de las imágenes. Meutrière es la segunda parte de esta triología cuyo tema, según afirma el director, es la inquietud. ¿Qué inquietud sino esta trepidación, esta emoción que nos convierte en lo que somos y que yace en lo más profundo de nuestro ser. Es por ello que Philippe Grandrieux constinúa desde Sombre su exploración de nuestras agitaciones más íntimas. Vuelven a tomarse los cuerpos en su desnudez y se convierten en la glorificación y en la deformación que se encuentran en el núcleo de cada imagen. Lo que puede verse como un torso, una pierna o un brazo ofrece el material para un ballet de fragmentos que se han convertido en carne manoseada, maltratada y quemada solo con los efectos de luz.