Esteban y Maxime son inseparables. Sus familias llevan toda la vida viviendo en el mismo edificio parisino. Maxime vive solo con su madre, es abogado y siempre se ha sentido parte de la feliz y cariñosa familia de Esteban. Los dos chicos se consideran más que amigos, son como hermanos. Secretamente han hecho de una parte del ático el centro de su mundo. Allí crean personajes y esconden sus máscaras y otros tesoros. Su amistad se ve amenazada cuando Esteban y su familia, origen español, deben volver a España. Los dos chicos diseñan un plan que deben poner en marcha rápidamente.